Nunca sabe uno lo que va a pescar hasta que no se termina la votación de la excursión de los miércoles. Esta vez el pescador puso en el anzuelo unas marchas sin casi desnivel para seducir a los compañeros, pero fue un día de pocas capturas, y eso que se ofrecía el Lozoya y el Cofio. Entraron sólo Juan Ángel, Jero, JL, Miguel, Pablo, Miguel Ángel y Chicho.
Los geocachs que en el 2011 buscaron y encontraron JGC y Chicho, uno casi debajo del viaducto del Recondo y el otro
ya cerca de donde el arroyo Valtraviés se une al arroyo de las Herreras y formar el Cofio, esta vez sólo fueron saludados al pasar.
Los pinares que acompañaban a la senda de vuelta por su izquierda estaban muy secos, contrastando con los prados cercanos al rio, en donde, ya llegando a los coches, una madre se paraba a dar de comer a su pequeña cría y Miguel le hacía una foto.
Todos volvíamos despreocupados, ya que no había que concentrase para guardar fuerza por si acaso había alguna subida, incluso Juan Ángel no probaba fortuna buscando setas, era muy obvio que no las había.
Llegamos muy pronto a los coches, sólo fueron 12 km de una excursión para colegiales, vamos, cómo nosotros.
Chicho
Todos volvíamos despreocupados, ya que no había que concentrase para guardar fuerza por si acaso había alguna subida, incluso Juan Ángel no probaba fortuna buscando setas, era muy obvio que no las había.
Llegamos muy pronto a los coches, sólo fueron 12 km de una excursión para colegiales, vamos, cómo nosotros.
Chicho