Este día se había reservado para celebrar los increíbles 80 años de Fernando. Y es increíble porque cada día está mejor físicamente y es más duro y fibroso.
Se propuso hacer una salida que fuera no muy lejana para que algunos marchosos pudieran acceder desde Madrid a la comida y otros pudieran estar a una hora determinada. Por elllo se decidió que La Pedriza podría valer con esos parámetros. Así que concertamos ir al Asador de Carmen que ya conocemos y sabemos que
tiene una mesa redonda en el jardín donde cabemos al menos los diez que íbamos donde celebramos los 70 de Jero. Desde luego a este paso va a haber Marchosos para rato no sabemos hasta que décadas vamos a celebrar pero seguro que llegamos a las diez.
No pudieron venir por diversas circunstancias Jero, que todavía está de luna de miel (¡joder este tío, es que apabulla!), Miguel Angel que ha ido a New York a darse un paseo (luna de miel también?) y Jose Luis que no se muy bien porque está faltando pero es posible que sea algo del coro/bicicleta/farmacia/, etc..
Pese a que alguien había propuesto ir al Hueso, concertamos hacer algo más suave y fue un pase por las orillas del Manzanares hasta la Charca Verde. Dio de sí para que pudiéramos estirar las piernas y hacer tiempo para la hora de ir a comer. Era un día estupendo y todos los rincones estaban llenos de adolescentes, menos adolescentes por lo que se veía hacer y muuuuchoooooosss niños. Pero La Pedriza nunca defrauda y nos dimos un paseo estupendo incluido JS (aunque este lo hizo mas reducido). Hubo un suceso que en un grupo de esta edad nunca sorprende y es que Pablo perdió su maquina de fotos, por lo esta vez no habrá vídeo musical acompañado por el coro marchoso.
Sobre las 14,30h estábamos ya en el restaurante de Carmen con nuestra mesa redonda para 10 preparada. Así que nos dedicamos a comer y charlar durante casi 2 horas hasta que fue la hora de volver a Madrid. Brindamos a la salud de Fernando deseándole larga vida y que mantenga las neuronas en buen estado.
JP
PD: En la foto esta ultima de todos en la mesa, falta el fotógrafo que era Miguel, que se empeño en hacerla el y no esperar al camarero
