jueves, 31 de enero de 2013

Senda de los Alevines. Cercedilla


La excursión elegida  esta semana fue la 343 de la lista de excursiones propuestas en la página de Andrés Campos. Los días anteriores había nevado y llovido por la sierra y nuestro objetivo estaba cerca de los 2000 m. por lo que no sabíamos cuanta nieve encontraríamos.
No encontramos a las 11:15 en el parking de Casa Cirilo en las Dehesas de Cercedilla siete marchosos (Chicho, Jero, JG, JL,JP, Miguel y Miguel Angel) y nuestra mascota habitual Neska.
La marcha tenía muchas opciones y lo único que estaba claro era llegar a la Senda de los Alevines porque al estar incluida en el nombre parecía obligatorio. La principal incógnita era la nieve que encontraríamos.


Salimos del Parking hacia el Puente de los Descalzos, allí tiramos por la senda Agroman, luego seguimos una senda que subía señalada con puntos naranjas y llegamos al GR10 y los miradores (Rosales y Aleixandre). Hasta aquí la nieve aunque era abundante no constituyó problema. 

La idea era seguir a partir de aquí la mencionada senda de los Alevines pero aparentemente solo existe en los mapas. La que sí existe es la PR_7 señalada con puntos amarillos y que subía hacia la llanura de Majalasna. Aquí la nieve era abundante y blanda con lo que la subida se hacía penosa.

Antes de llegar a la Pradera de Majalasna encontramos unas rocas donde se procedió a la evaluación de la situación:

Estábamos a 1.860 m. prácticamente en el punto más alto de nuestro recorrido y se planteaban dos alternativas: Seguir hacia Collado Ventoso o comer y volver. Optamos por comer allí todos juntos y luego 3 (Jero, JP y Miguel) fueron al collado y cuatro (Chicho, JG, JL y Miguel Angel) volvimos por donde habíamos subido.

 Al llegar a la pradera de Navarrulaque se produjo una segunda escisión: Chicho y JL se quedaron buscando un Geocache y JL y Miguel Angel siguieron camino. Al final todos llegamos a los coches  pero por tres caminos diferentes: Primeros el grupo JL y Miguel Angel, segundos Jero, JP y Miguel y terceros Chicho, JG y Neska.

Solo hay constancia documental de dos de los tres recorridos que se exponen a continuación.




Perfil Ruta 1


Perfil Ruta 2


Ruta 1

Ruta 2

                                                                             Ruta  3




miércoles, 30 de enero de 2013

El día que acabó la crisis

Cuando termine la recesión habremos perdido 30 años en derechos y salarios
Concha Caballero

Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.
Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.
Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, entonces la crisis habrá terminado.
Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, entonces se habrá acabado la crisis.
Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado.
Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.
Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa.
De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.

Concha Caballero: Actualmente es profesora de Lengua y Literatura en el IES Rodrigo Caro de Coria del Río. Colabora en diferentes medios de comunicación. En El País publica una columna semanal. Participa en el abierto del programa Hoy por Hoy de la SER así como en el programa de actualidad de Canal Sur Televisión La Tertulia de Buenos días, Andalucía

Pablo