jueves, 30 de octubre de 2014

Pico Bañaderos

Se procuró cumplir con la norma escrita de proponer excursiones que no se hubieran hecho en los últimos tiempos, que permitieran cambiar de zona respecto a las últimas y que se adaptaran a todos en lo posible. De las  propuestas Acebeda, Fuentes del Lozoya y Pico Bañaderos, se eligió esta última. Y además se apuntó todo el mundo menos el lesionado Manolo. Para el que subscribe era la primera de su nueva etapa, en la que no va a poder asistir a todas ellas como era su costumbre, Eso le permitió disfrutar más si cabe.
En hora llegamos todos los coches al puerto de El Cardoso, muy cerca del archiconocido hayedo de Montejo. Seguramente influyó la recomendación de M.A, todos queríamos quedar bien. El día era espléndido, sol radiante y temperatura muy agradable para andar por el monte. Para alcanzar el pico había que hacer un acercamiento desde el puerto de El Cardoso hasta la ladera este del pico de hasta 5kms por un camino forestal soleado y a veces sombreado, llegando a una especie de refugio donde el camino toma una pronunciada curva. Todo el bosque era pino de repoblación pero ya muy crecido lo que permitía ver bien las laderas y a veces vistas impresionantes del valle del Jarama y el del Rio Ermito (conocido nuestro) su afluente que vierte al lado de la entrada del hayedo de Montejo. También una sierra que recorre desde norte a sureste y nos tapa la de Ayllón.

Se sitúa este pico de 1.637 metros, en la  línea divisoria natural entre el Valle del Sonsaz y la Sierra del Rincón, o lo que es lo mismo entre La Hiruela y Montejo de la Sierra.
Atacamos este desnivel de hasta 180 ms. Desde ese punto y debido a la dificultad nos dividimos en tres grupos. Fernando, J.Luis y yo lo hicimos por un forestal recién trabajado y que hacía el acercamiento a la línea de cumbre, algo alejada de la zona del pico. Así que cuando llegamos a esa línea ya divisamos a algunos marchosos subidos en las peñas de Bañaderos, a nosotros nos faltaba superar al menos 50 ms de desnivel por la línea de cumbre. Pero finalmente llegamos y todavía faltaban algunos del grupo de Pablo que parece cogió una pájara. Desde las cumbres, zona de pizarras con los clásicos laminadosapuntando al cielo, teníamos unas vistas de 360º, por el oeste el valle de Lozoya y la sierra de Guadarrama por el sur Perdiguera y ña Sierra del Rincón y por el este hacia Guadalajara y el Ocejón. Al norte se intuía la Sierra de Ayllón.

Una vez se recuperó Pablo nos pusimos a comer,con nuestras clásicas ensaladas y buena bota. Hubo charleta sobre las bondades del PP y se iniciaron unas tímidas propuestas de poder hacer algo en las que participemos todos con nuestra pareja. Al final de la excursión y tras haber tanteado al personal se quedó en hacer una propuesta de salida gastronómico-urbana un día del mes de Noviembre.

A pesar de que su altitud no es grande y se encuentra rodeado de otras cumbres mucho más altas, las vistas que nos ofrece son esplendidas, desde la cumbre y desde muchos de los oteros que surgen por el camino ya que nos resultará muy fácil ver las cumbres de Guadarrama que rodean el Valle del Lozoya por el oeste y cimas como el El Porrejon   y Peñalacabra por el sureste. También muchos de los pueblos de los alrededores se ven sin dificultad desde toda la ruta, el Cardoso o Montejo los más cercanos.
Es el paisaje de esta sierra de afilada pizarra y pino de repoblación, sustituto de la encina y el roble, seguramente hace tiempo arrancados por la mano humana. El tomillo, el cantueso y lavanda nos hacen más placentero el camino al regalarnos sus ricos olores, la sencillez de la ruta nos dará un estupendo y tranquilo día de campo.

Pues bien la bajada a los coches recorriendo la cuerda por esos vericuetos fue muy agradable. Fernando y JG decidieron volver por la pista. Así que al llegar a los coches todavía tuvimos que esperarles más de 20 minutos. Finalmente llegaron y los del sur nos fuimos a Montejo a tomar café y pude darles la paliza con las fotos y videos de mi nieto al que  había visitado recientemente en Barcelona. Después ya cada uno nos fuimos a nuestros nidos.