viernes, 28 de octubre de 2011

Subida inacabada al Yelmo

Manzanares-Grancañada-Cantocochino-Tranco-Manzanares
26-10-2011


Tampoco pudo ser esta vez. La ilusión de Paco por subir al Yelmo se vio truncada principalmente por el mal tiempo. Otra vez será, seguro.
Después del cruce de correos para decidir donde sería la marcha se decidió por mayoría ir a Manzanares y ponernos los objetivos en función de la posible lluvia.
Cómo vimos que en la parte alta de la montaña había niebla, optamos por subir en un principio desde el pueblo a la Gran Cañada y después decidir.
La menguada tropa de 6  marchosos, Jesús Porro, J.L , Miguel , Paco Jerónimo y M.A comenzamos llevando los coches al final de la calle donde está el transformador.
Desde allí bordeamos la última fila de  chalets hasta que vimos el inicio del camino PR C1 señalizado con rayas blancas y amarillas.
Iniciamos la ascensión, pasando después por la zona donde a mano izquierda se va a la cueva del Ave María, continuamos la ascensión hasta el inicio de la Gran Cañada, donde sobre las 12,15 tomamos el consabido refrigerio de frutos secos. Debido a la reciente lluvia había un agradable olor a jara y espliego. La niebla se hacía más espesa por momentos.
Estando en este menester, Paco no pudo resistir mostrarnos sus habilidades sociales e invitó a dos franceses que pasaban a beber un trago de la bota y comer algo. Los franceses, más por cortesía que por ganas se detuvieron y Paco intentó sin mucho éxito practicar francés con ellos, ya que no se lo permiten en la Escuela de Idiomas.  Todavía no se habían marchado los franceses cuando pasaron dos bizarras montañeras que venia de Soto  y Paco las invitó también a beber de la bota a lo que estas accedieron. Se mostraron más comunicativas que los franceses hasta que se fueron todos.
Cómo observamos que a medida que ascendíamos había más niebla y uno de los alicientes de la subida al Yelmo son las vistas , aparte de que la lluvia podría hacer peligrosa la ascensión, decidimos con buen criterio no subir a Las Praderas del Yelmo y bajar a comer a Canto Cochino por una empinadísima ladera.
Antes de bajar a Canto Cochino, nos enseñaron a los menos iniciados el camino que baja al Tranco y el que va a las Praderas. Durante la interminable bajada, vimos 2 ejemplares de arce de Montpelier (Acer monspessulanum ) y también brezo en flor y avena silvestre, como  se puede apreciar en las fotos que mandó José Luis.  Una vez abajo, cómo era pronto para comer allí,  continuamos por el camino que está a la margen izquierda del arroyo de la Majadilla y que luego se junta con el Manzanares hasta una especie de refugio donde había dentro sillas y mesas y nos acomodamos para dar buena cuenta de las viandas y para dar unos tientos a la bota, esta vez con vino de roble de Ribera del Duero (gracias Paco).
Al final de la comida no falto el chocolate ni el orujo rumano.
Fue una sabia decisión no subir al Yelmo pues durante la comida estuvo lloviendo, por suerte  estábamos a cubierto.
Ya habíamos terminado de comer, cuando se asomó a la puerta un hombre que iba corriendo del pueblo a Canto Cochino; no perdió ocasión Paco de invitarle a que se sentara con nosotros, resulto ser de Huelva cómo Jerónimo; cómo no quería vino que era lo único que quedaba, le ofrecimos un rato de conversación que yo creo que agradeció, hasta que siguió su camino.

A las 3 ¼  tomamos el camino del Tranco, ya sin lluvia, para regresar a los coches y sin más cosas dignas de contar sobre las 4 ¼ regresamos a Madrid.
( Observad que en el apartado del encuentro con las montañeras, esta versión difiere de la de Paco.)