Siempre acostumbramos a reunirnos al comienzo de otoño para dar el pistoletazo de salida a la temporada de senderismo de los Marchosos, y lo hacemos para relajarnos de nuestra temporada veraniega (un poco más!!) y contar a los que aún acuden a la llamada del cuerno montañero.
Esta vez empezaré por los que no han podido acudir por diferentes razones a esa llamada : Fernándo, Jesús, Paco ,Pablo y a última hora JA. Los echamos de menos!. Los que sí acudimos : JL, Miguel, Miguel Angel, JGC, JP, Jero, Manolo y yo, nos dispusimos a comenzar el rito.
El rito es muy sencillo : una pequeña excursión con premio final por no haber hecho nada en un restaurante de la zona.
Esta vez, como siempre, escogimos primero el restaurante , El jardín de Felípe de Navacerrada, y después nos preguntamos qué se podía hacer por sus alrededores. Ya habíamos estado en junio por la zona, esa vez subiendo al cerro de las Golondrinas, pero en esta ocasión, aunque se ofertaron marchas con 500 m de desnivel, el "pueblo" se inclinó por algo sencillo y romántico : un paseo alrededor del embalse de Navacerrada. La dureza de la excursión la indica el que pocos llevaban bastones y menos mochila. Vamos, íbamos en plan juguetón.
El embalse puede ser bonito cuando está lleno, pero deprimía un poco ver lo bajo que estaba y lo lejos que quedaban sus orillas. Bueno, uno se consolaba pensando lo felices que deben ser los habitantes de las urbanizaciones que lo rodean por todos su perímetro (excepto por su cabecera) en la época de plenitud de aguas, paseando y viendo a los muchísimos patos que descubrimos en nuestro paseo (patos pequeñisimos!, será por la cantidad de agua que había y que no permite patos de más calado?).
He de decir que comenzamos la marcha preguntándonos por JA. Este joven, es el culpable de que aún estuviéramos derrengados algunos de los que hicimos la excursión del miércoles pasado a las Torres de la Pedriza. Se dijo que se había roto un dedo del pié en una marcha del día anterior. Parece imposible, bota por medio. Lo castigó Dios?. Nunca se sabrá, ya sabemos lo silencioso que es nuestro Dios.
Algunos tontos llevábamos GPS y Oruxmaps y al final no nos creíamos la hazaña que habíamos hecho : 5.8 km. Bien es verdad que en ese pequeño perímetro había 2 geocachs y uno de nuestros cazadores había podido dar con uno, así que tuvo 50% de felicidad.
El final, muy gozoso cómo siempre que nos sentamos a comer alrededor de una mesa, transcurrió sin mencionar a Cataluña. No fue desprecio por el tema, yo creo que fue cansancio.
Después de comer nos dimos una vuelta por la carretera de salida hacia Villalba, antes de despedirnos. En parejitas, íbamos dejándonos sorprender por algunas de las mansiones que aparecían a la vera de la carretera, grandes, algunas ya en deterioro, pero siempre nos hacían recordar épocas pasadas de esplendor. Qué bien lo debieron/deben pasar sus propietarios !. Muchas (todas?) estaban cerradas, era miércoles, posiblemente se animen un poco más en fin de semana.
Chicho