sábado, 28 de septiembre de 2019

GASTRONÓMICA DE INAUGURACIÓN CURSO 2019-2020



Érase una vez . . . que era septiembre y se tenía que inaugurar el curso de Los Marchosos, así que se eligió hacerlo en Madrid para que las circunstancias no impidieran asistir a algunos miembros. Se comprometieron a asistir todos, incluidos los jubilados.
















Para poder realizar la excursión previa decidimos hacer la comida en un restaurante cercano al parque de El Retiro (la denominación oficial es Jardines del Buen Retiro). Esta excursión consistiría en un paseo de hora y media recorriendo lugares destacados del parque e ir contando la historia de cada uno de ellos.




En la historia de este parque se deben distinguir dos etapas: ser posesión de la Corona y la de ser Parque de Madrid. La primera  se remonta al siglo XVI, Carlos I mandó edificar el “Cuarto Real” junto al monasterio de San Jerónimo y “era lugar de retiro” para la familia real, Felipe II lo hizo ampliar y mejorar. Pero fue Felipe IV quien mandó crear en 1630 un extenso espacio para diversiones y espectáculos para la familia real y acompañantes, pues su alojamiento habitual era el Alcázar. Con Carlos II y con Felipe V decayó, pero Fernando VI sí residía en el Casón.




Carlos III lo abandonó para pasar al Palacio Real pero permitió el acceso público con condiciones, así como lo amplió y bordeó con elegantes verjas. Levantó la Real Fábrica de Porcelana que posteriormente fue destruida en la Guerra de la Independencia. Con Fernando VII fue profundamente reformado y creó un Reservado solo para la familia real donde levantó algunos “caprichos” como la Montaña Artificial, La Casita del Pescador o la del Contrabandista todo ello en la zona NE,  siendo el resto de uso público como decidió Carlos III y también el Estanque Grande más tarde con Isabel II.



En 1868 con la Revolución de Septiembre pasó a ser parque público, con servicios al público como en otros parques del extranjero. Fue poblado por pequeños quioscos de venta de bebidas, flores, etc…. También de barcas para pasear con ellas por el estanque o de coches por el paseo central, se instaló un parque zoológico remodelando el que hiciera Fernando VII. Se hizo cerramiento con elegantes verjas a la calle de Alcalá. También se levantaron dos bellos pabellones para las exposiciones de Velázquez y el de Cristal  modelos de arquitectura de hierro y cristal. Finalmente se hizo del parque un lugar conmemorativo  poblándose de numerosas esculturas como homenajes a personalidades  ilustres o reyes como el de Alfonso XII en el lugar del antiguo embarcadero. La zona entre el Paseo del Prado y la calle Alfonso XII se perdió, pues pertenecía al antiguo Real Sitio durante el reinado de Isabel II y fue dedicada a la construcción de importantes edificios.

 Quedamos para dar ese paseo por el parque en la fuente del Ángel Caído que nos permitiría a todos acceder desde los transportes públicos. Hubo algunos marchosos que estaban bastante enterados de las historias de estos lugares y llevaban planos de sus ubicaciones. Empezamos como dijimos en la fuente del Ángel Caído que en el cristianismo representa el que fue expulsado del Paraíso por desobedecer o rebelarse y aunque fueron varios Lucifer (lucero) el más hermoso  e inteligente fue transformado en Satanás por su soberbia de querer ser más que Dios (como algunos políticos, digo yo)




 A continuación fuimos a ver el Palacio de Cristal y admiramos la Rosaleda a pasar por ella aunque no es ya época de flores. Estaba cerrado porque se preparaba una exposición, pero nos hicimos fotos en su estanque y pasamos por la cascada. Pasamos por delante del Palacio de Velázquez y después al paseo del Estanque parándonos en la Fuente de la Alcachofa diseñada por Ventura Rodríguez con esculturas de tritones  sirena que fue traída allí desde su ubicación primera en la Puerta de Atocha. Desde allí fuimos a ver el antiguo estanque Ochavado, el más e antiguo mandado construir por Felipe IV y que era el centro de un paraje frecuentado por melancólicos y suicidas, parece que se contabilizaron más de doscientas muertes hasta 1879.




Posteriormente  fuimos a reunirnos con Jesús Sánchez que nos había llamado y por el paseo de coches entramos a los Jardines de Cecilio Rodríguez obra del siglo XX, donde se celebran eventos tanto del Ayuntamiento como privados.
Salimos por la puerta de la Torre del Retiro y nos fuimos a comer al Pazo Coruña donde dimos buena cuenta de las viandas marineras con una estupenda merluza a la gallega.

 Ocurrió que Chicho nos llamó avisando que no iba a poder estar porque se le había hecho muy tarde, le echamos de menos pero mantuvimos una conversación telefónica con altavoz que le  permitió estar con nosotros algunos minutos. 

JP  

miércoles, 25 de septiembre de 2019

EL JARDÍN DE LOS GUERREROS- 18.09.2019



La Pedriza siempre te sorprende y uno de los muchos lugares recónditos que guarda entre sus grandes moles graníticas es este Jardin de los Guerreros o Jardin del Pajaro ,destino de nuestra andadura de este miércoles. Solo Paco ,Jero y yo iniciamos la marcha desde Cantocochino ,después de que Jero tuviera que ir a buscar a Paco a la entrada de la Pedriza pues había llegado diez minutos tarde, por culpa de los atascos, y se encontró la barrera cerrada.
Pasadas las once tomaos el camino hacia el Giner y al llegar a su desvio continuamos por el PR-2 unos setecientos metros mas hasta llegar a un vivac a nuestra izquierda y un poco después desviarnos a la derecha por un camino poco transitado que baja al arroyo de la Ventana . Cruzado este empieza la ascensión que nos conducirá a la base del Pajaro. El camino esta poco marcado y hay que ir pendiente del track y de los pocos hitos puestos, lo que hizo que nos pasáramos el desvío a la Calavera. Con cierto esfuerzo y con algunas trepadas llegamos a la base del Pajaro cuya pared impresiona desde abajo. Encontramos a tres escaladores , bien pertrechados para subir, que bajaban sin haberse atrevido a escalarla , porque ,según nos dijeron, no lo tenían nada claro.
Rodeamos la base del Pajaro , según las agujas del reloj y sin perder de vista los hitos, hasta adentrarnos en el Callejon de los Guerreros. Subiendo, bajando, trepando y algunas veces arrastrándonos, llegamos a la altura de una chimenea ( esta de grado III que necesita cuerdas y arneses ) que da directamente al Salon del Pajaro. Un poco mas adelante se abre otra chimenea mas ancha y accesible que es por donde nosotros subiríamos. Eran la una y cuarto y paramos a descansar y tomar los panchitos antes de la subida .Una vez repuestas las fuerzas nos adentramos en la chimenea dejando los macutos, antes de empezar la parte mas complicada de la subida. Pasado un puente de piedra se accede al Jardín de los Guerreros o del Pajaro. Este es una espesie de cubeta , que en este momento estaba llena de agua, desde donde se ve muy cercana la Muela ( con mas de media docena de buitres en su parte superior) y la cúspide del pajar.Cruzando la cubeta y ascendiendo se puede ver parte del Salon del Pajaro al que se podría llegar desde donde estamos con alguna dificultad.Tambien desde aquí se puede apreciar el Tolmo y el refugio Giner. Hechas las fotos correspondientes comenzamos la bajada hasta donde dejamos los macutos y continuamos la marcha por el canal ,y pegados a los Guerreros, siguiendo unos hitos que pensábamos que iban hacia el final del canal. Teníamos pensado variar la primera propuesta ,llegar a la pradera de Navajuelos, y antes de llegar a esta tomar el camino de los Forestales que conduce al comienzo de las zetas que suben al collado de la Ventana. Por seguir los hitos y no mirar el track cuando me quise dar cuenta nos habíamos desviado a la derecha y no era cuestión de volver. Mirando el mapa la mejor opción era ir hacia las Buitreras ( que ere lo que al principio teníamos pensado) y bajar por ellas al Tolmo. Encontramos a unos escaladores que nos dijeron que al llegar al cancho Amarillo giráramos a la izquierda para tomar el camino de las Buitreras, que dicho sea de paso es el que Jero y yo subimos cuando fuimos a la pared de Santillana.
Tras una fuerte , pero no complicada bajada, llegamos a las tres y cuarto al Tolmo donde paramos a comer. La bota de Paco y el chocolate de Jero satisficieron nuestras necesidades montañeras. Hacia las cinco y cuarto llegábamos a los coches
P.D. Puesto que no grabe el recorrido, no hay track de esta excursión, que pienso seria de unos nueve a diez kilómetros y 600m de desnivel acumulado .











JUAN ANGEL