sábado, 31 de diciembre de 2011

FELIZ AÑO PARA LOS MARCHOSOS

Un viaje  por Islandia

Islandia es una isla de alrededor de 100 mil kms. cuadrados situada sobre los 65º de latitud norte tocando el Circulo Polar Ártico,  que dista unos 1000 km. de Escocia y Noruega y sobre 300 km de Groenlandia. Se levanta sobre la conjunción de dos océanos Ártico y Atlántico y dos placas tectónicas la americana y la euro-asiática, reclamando cada una su parte de la isla.
De origen geológico de los más recientes de La Tierra, emerge al igual que otras islas atlánticas de la cordillera dorsal de 18 mil kms que atraviesa al centro del océano Atlántico y que es un sistema de fallas con actividad sísmica y volcánica muy intensa. Esta dorsal oceánica se formó en el Mesozoico (hace 250 mills. de años), provocando la sucesiva separación de los dos bloques que sustentan esa placas. La isla emergió hace unos 16 millones de años en el Mioceno, al final de la era cenozoica.

Esa crítica ubicación le proporciona notable vulcanismo, fuerzas telúricas y sismológicas. De su subsuelo surgen barros humeantes, nubes ardientes y lavas abrasadoras por la palpitación de su corteza terrestre. Solo a nivel del suelo se dan ya temperaturas altas al tacto, surgiendo fuentes termales y manantiales de agua en ebullición. Son abundantes los cráteres, calderas, lagos volcánicos, depósitos de escorias y lavas. Las columnas basálticas es una variante espectacular producida por la súbita contracción del magma al contacto con el aire.

La isla en sí está compuesta de basalto y lava petrificada con bajos niveles de sílice; y de otros tipos de rocas como las riolitas y las andesitas. Además, se encuentra sobre un punto caliente, donde el magma se acumula por debajo de la corteza terrestre. La isla marca el límite entre la Placa Euroasiática y la Placa Norteamericana, ya que ha sido creada por la intensa actividad del vulcanismo en la zona y a lo largo de la dorsal mesoatlántica. Todo esto se traduce en una alta actividad geológica, que da lugar a más de 200 volcanes, así como seísmos y géiseres.

En promedio, cada cinco años suele sufrir una erupción volcánica.  La erupción del Eyjafjallajökull de 2010, forzó a cientos de personas a abandonar sus hogares y la nube de ceniza resultante de la erupción provocó el cierre del espacio aéreo de gran parte del continente europeo. El interior de la isla, las tierras altas de Islandia, son una combinación fría e inhabitable de arena y montañas. Islandia tiene tres parques nacionales: el Parque Nacional Vatnajökull, repleto de glaciares  es el de mayor extensión de Europa y donde se encuentra el glaciar homónimo, el Parque Nacional de Snæfellsjökull y el Parque Nacional de Þingvellir.

Todos estos condicionamientos ha dado lugar a profundas ensenadas de origen glacial semejantes a los fiordos y llenas de tierras de aluvión  a lo largo de sus 4.970 km de litoral, en donde también están situados la mayoría de las ciudades y pueblos principales. Tiene una morfología montañosa alternando amplias mesetas con profundos valles y cubierta su superficie alrededor de un 15% por glaciares y con altitudes de hasta 2000ms.

La consecuente partición de su tierra emergida en dos mitades pertenecientes a cada una de las mencionadas placas tectónicas, origina que los seísmos y las erupciones volcánicas se manifiesten continuamente, hasta el punto de haberse estimado que la tercera parte de todas las coladas de lava surgidas en el globo en último milenio, se han generado en la inestable Islandia.

En la actualidad, Islandia posee un elevado número de volcanes activos, Del mismo modo, la terrible fisura volcánica de Krafla, en las inmediaciones del lago Myvatn, ha experimentado en el último cuarto de siglo notables afloramientos de lava que continúan enfriándose en la actualidad, por lo que gran parte de la región cruzada por la falla mantiene a nivel de suelo una temperaturas altísimas palpables por simple tacto y notorias por la peculiaridad de que diversos cultivos de tubérculos locales tuvieron que ser abandonados al madurar cocidos directamente por el gran calor latente en el subsuelo.

Las manifestaciones geotermales acordes a la naturaleza de la isla constituyen uno de sus principales alicientes, en forma de fumarolas, solfataras, pozas de barros hirvientes, géiseres y manantiales en grado de ebullición. La topografía islandesa, del mismo modo, es abundante en cráteres, calderas y lagos volcánicos, destacando a nivel geológico los grandes depósitos de escoria, lava, riolita (lava ácida) y tefra en general (materiales varios expulsados durante una erupción).

Como formaciones naturales de origen magmático, las columnas basálticas constituyen sin género de dudas la variante más espectacular, debido a sus curiosos diseños geométricos, tal y como pueden contemplarse en Svartifoss (Parque Nacional de Skattafell) y en el Parque de Jókulsárgljúfur, generados a raíz de la súbita contracción del material magmático al contacto con el aíre.

Puedes sentir la tierra bajo los pies y vivir en un solo día las cuatro estaciones del año con los rigores del calor, lluvia impertinente, viento demoledor o helada repentina. Se sume en la oscuridad total más de dos meses al año y durante cuatro está totalmente cubierta de nieve. Pero durante el período restante sus campos son verdes y se puede contemplar el sol de medianoche que solo amaga con ocultarse e inicia el ascenso sin cruzar el horizonte.

Es un país casi sin bosques pues la latitud y la deforestación lo favorecieron. La introducción del ganado se comía los brotes verdes, además los campos de lava arrasaban las tierras de cultivo. Las áreas bajas están repletas de pastos para las innumerables ovejas. Solo existe el zorro como animal terrestre salvaje, el resto, vacas, ovejas, caballos y renos son domésticos. Mamíferos marinos son abundantes con focas, ballenas. Bancos de peces abundantes de bacalao, lenguados,... La aves marinas son la fauna más amplia: gaviotas, alcatraces, frailecillos, cisnes y golondrinas.  Las corrientes marinas del Golfo suavizan el clima y favorecen la abundancia de pesca.