EXCURSIÓN, RUTA, 129, DESDE TORELAGUNA A LA “ERMITA DE LA PIEDAD”,
TORREMOCHA DEL JARAMA Y TORRELAGUNA
ASISTENTES: (Por orden alfabético de apellidos) Pablo Corrales, Jesús García
Carcedo, José Angel Pérez Villar, Juan Angel Romero, José Luis Sanchez Benito y
por último , el que suscribe, Fernando Aguilar.
Hora y
Punto de Encuentrto: 11 de la mañana Junto al
camino del Arroyo de “Matachivos”, en Torrelaguna
Hacia las 11´15 de la mañana iniciamos el
recorrido. Este, en teoría es casi un triángulo equilátero; con dos vértices
casi en el mismo paralelo y, el tercero hacia el sur. Cada lado del triángulo
tiene una longitud aproximada de 5 Km. Digo casi, pues decidimos hacer el
itinerario exclusivamente por caminos que no pisen las tierras roturadas o
sembradas. Estas se dedican, casi en exclusiva, al trigo, a la cebada y algo de
alfalfa. El itinerario no tiene problemas, ya que todos los sembrados están
atravesados por muchas pistas de tierra que sirven de camino a las máquinas y a
los campesinos que laboran y cuidan las
tierras, así como para la recogida y transporte de los productos de las
siembras. Por otra parte, este
itinerario resulta más grato y cómodo que las monótonas carreteras. En
conjunto, el itinerario de la excursión será de unos 16 Km.
El orden del
itinerario a seguir es: Desde el punto de salida, en Torrelaguna, nos dirigimos
hacia el segundo vértice del triángulo, hacia el sureste, donde se encuentra la
Ermita de la Piedad. El día se presenta radiante de luz con un sol muy
grato que no molesta.
Al tiempo que
avanzamos en el recorrido, podemos observar, además de la propia vegetación,
las pistas por las que caminamos, con el color de las tierras y del entorno. Al
oeste, percibimos, en primer término el canal para aguas que mandó construir la
reina Isabel II, una gran obra de
ingeniería y que todavía está en servicio (que bien conocemos), pues nos lo
hemos encontrado y atravesado en diversas ocasiones, en otras excursiones. Más
lejos, al oeste, se destacan las cumbres más elevadas de La Pedriza; más
próximo, hacia el norte, los riscos de “La Cabrera”, y más al fondo
hacia el oeste, las crestas más altas de Navacerrada y de La Cuerda
Larga.
En poco
tiempo, en una hora y media, desde la partida, con muchos giros a izquierda y a
derecha, llegamos a la “Ermita de la Piedad”, muy bella construcción en
piedra, bien conservada y de buen tamaño, posiblemente del siglo XVII. Lástima
que estuviera rodeada de una alambrada, así, solo era visible por fuera.
En este bello
entorno paramos para degustar nuestros panchitos y comer nuestros buenos
bocatas con vino tinto.
Entre bocado y
bocado nuestra vista se perdía por el norte y noroeste próximos. Hacia allá, se
divisaba a unos 10 o 15
Kilómetros las sierras de “La Cabra” y “El
Porrejón”, así como otros, también destacados, cuyos nombres no recuerdo.
Pero lo que
más me ha satisfecho ha sido descubrir, tras las montañas anteriores, el “Pico
de Ocejón”, que se vislumbraba hacia el NO, muy por detrás de las
montañas anteriores, a no menos de 40 Km de donde nos encontrábamos. (Me
permito remarcar las profundas sensaciones que percibí al descubrirlo, pues
hace ya más de 40 años que lo subí por primera vez en solitario, tras acercarme
al pueblo de Majalrayo; y que uno o dos años después lo volví a subir,
ya acompañado por un estimado amigo. (Estas pequeñas aventuras, a mi edad, no
puedo, sino, rememorarlas).
Tras estos
ensueños, continuo narrando nuestra excursión, no sin antes remarcar el
maravilloso tiempo que hemos tenido, sin fríos, lluvias o calor.
Ahora
iniciamos la segunda etapa de nuestra excursión, orientándonos hacia el noreste
(para recorrer el segundo lado del triángulo imaginario de nuestra ruta.
El entorno no
varía, pero al poco de su inicio, nos topamos con una carretera y en ella una
construcción de buen tamaño, con verjas de entrada. Se trata de la “Casa de
los Oficios”, que se comunica por carretera con Torrelaguna, con Torremocha
del Jarama, y con otras localidades del entorno. Se trata de una
institución muy importante, ya que en sus instalaciones se han formado muchos
jóvenes, de toda la comarca, durante generaciones.
Seguimos por
los caminos, entre los sembrados hacia “Torremocha del Campo”, nuestra
segunda etapa de la excursión. El entorno de sembrados y del horizonte no
varía: subiendo y bajando, tramo a tramo, alcanzamos en poco más de una hora
esta meta, que nos parece una agradable localidad, hacia las dos y pico de la
tarde. Sin entrar en el pueblo, lo vamos bordeando por el sur, hasta encontrar
una zona acondicionada para familias y niños, con mesas y asientos, y con muy
distintos aparatos de gimnasia deportiva. Este pequeño y sombreado parque se
encuentra junto al cementerio del pueblo. Pero no importa: está limpio y es
grato, y con mesas. Y ya es hora de comer.
Tras el grato
y nutritivo descanso, continuamos, poco más tarde, para cubrir el tercer lado
de nuestra “marcha” triangular.
Por supuesto,
seguimos nuestra ruta, no por la carretera, que nos llevaría directamente a Torrelaguna.
Como somos consumados andarines, seguimos, como anteriormente, las vías
comunales entre los sembrados, lo cual es mucho más divertido. ¡Para eso
somos jóvenes!
Así, en poco
más de una hora, llegamos a Torrelaguna, al lugar donde habíamos dejado los
coches por la mañana.
Así, ¡Todos
a casita!