Había ganas de salir después del
parón de Navidad y se notaba. Finalmente no pudieron venir Jero (que avisó por
la mañana porque parece que había tenido una mala noche), Chicho, JG
y Pablo. Los demás nos convocamos en la ermita de Los Remedios, en principio
era para hacer una travesía desde Guadalix de acuerdo a la propuesta la web nueva, después
el ponente propuso hacer una variación para bajar hacia la Dehesa de
Navalvillar (había pensado una variación que le permitiera no subir hasta los
1400m del cerro y que lo pudieran hacer los demás)
y finalmente se optó por una circular entrando por dicha dehesa.
Obviamente no estaban bien calculados los
tiempos y las dificultades posibles, pero con ese espíritu marchoso que nos
acompaña siempre, emprendimos la búsqueda a través de los rincones de la dehesa
de la zona de acceso al cerro, pensando que el collado que tiene hacia el sureste
sería el mejor punto de ataque.
Nos adentramos en dirección
sureste y pasamos por el mirador que permite observar una vista en 360º , con toda la sierra de Guadarrama como
vista estrella y los rascacielos de Madrid para matizar donde estamos. Pasamos
por el arroyo de Tejada y después
seguimos la huella del arroyo Maderones hasta llegar a la mina de cobre y plata
que había sido explotada en tiempos pasados desde el siglo XV hasta principios
de XX. Desde allí empezamos a remontar para saliendo de la Dehesa de
Navalvillar y por el camino periférico acceder a las faldas del S.Pedro.
Nos quedamos Fernando y yo,
porque pensábamos que era lo mejor para nuestro actual estado físico y los
demás atacaron por el lado este. Pactamos comer juntos aquí abajo, pero hacia
la ladera oeste más cercana al posible camino de regreso cerca del arroyo de
Tejada. En poco tiempo les perdimos de vista y por teléfono nos dieron noticia
de que era más largo de lo que pensaban. Fernando y yo bajamos hacia el oeste,
por la falda del S.Pedro saltando los arroyos pero más o menos cómodos hasta
que en un punto divisamos el punto geodésico del Cerro y allí nos quedamos a
ver si con los prismáticos les veíamos alcanzar el geodésico. Finalmente sobre
la 14,15h les vimos y puestos en comunicación quedamos en comer juntos, pero en
la zona llana del arroyo de Tejada. Empezaron a bajar y les divisamos pero como
se hizo tarde quedamos en comer cada uno por su lado y si acaso también volver
por separado, así lo hicimos.
Nos llamó Manolo que parece se
había descolgado del grupo y que estaba volviendo por algunos de los caminos anchos. Solo quería
saber en qué dirección estarían los coches para ir bien orientado. Parece que
decidió no subir al cerro cuando los perdió a los demás.
En nuestra comida Fernando hablo de algo que afecta cree de alguna manera al grupo y que quería que supiéramos. Esto mismo lo comentó con la gente del grupo en el café que nos
tomamos luego en Colmenar.
Una vez comimos, Fernando y yo intentamos ver si sabíamos por dónde venía Manolo para esperarle pero al ver que era por otro lado, arrancamos a andar haciendo una diagonal por toda la dehesa a través de los pastos, tomamos caminos solo si coincidían con nuestra dirección.
Una vez comimos, Fernando y yo intentamos ver si sabíamos por dónde venía Manolo para esperarle pero al ver que era por otro lado, arrancamos a andar haciendo una diagonal por toda la dehesa a través de los pastos, tomamos caminos solo si coincidían con nuestra dirección.
Nos llamaron los del Cerro San
Pedro para que les recogiéramos en coche puesto que iban a salir hacia a la carretera, lo que hicimos sobre las 17hs. Al volver al aparcamiento, Manolo llegaba en esos
momentos. Seguro que es el que más kilómetros había hecho.
JP
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JP
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