El día 13 de febrero a las 11,
nos reunimos sólo cinco marchosos, Jero,
JA, MA, Paco y Miguel, que echamos de menos a otros miembros del grupo que no
pudieron venir por diversas razones.
Dejamos atrás el embalse y nos
reunimos en el segundo aparcamiento, que ya nos es familiar por haber partido
de allí en diversas ocasiones
El embalse de La Jarosa se
encuentra en el valle del mismo nombre, y pertenece al municipio madrileño de
Guadarrama; es el embalse más pequeño de la sierra de Madrid, con una capacidad
de 7,2 hm³ y una superficie de 55 hectáreas .
Iniciamos la marcha por entre un bosque de pinos que en
otros tiempos fue explotado para obtener resina. Nos llamó la atención la gran cantidad de nidos
de procesionaria que colgaba de las ramas. Esta especie está considerada como
el insecto defoliador más importante de los pinares españoles. Parece ser que
la subida de las temperaturas facilita su proliferación.
En esta primera parte del camino
las laderas estaban tapizadas por una alfombra verde de la planta llamada
gayuba cuyas hojas se usan, como
astringente y antiséptica previamente secas, al sol o al aire, en cocimiento o
infusión.
Siguiendo las certeras
indicaciones de los GPS y de los ORUXmaps, salimos a un claro en el que nos
detuvimos a tomar unos frutos secos y a beber de la bota. A nuestra izquierda y
más abajo del punto en el que nos encontrábamos podíamos contemplar el glorioso
Valle de los Caídos en cuyo centro se
alza enhiesta la cruz hacia los cielos.
A lo lejos, y coronada la última etapa por una ermita sobre un cerrillo, se
extiende un vía crucis que no hicimos, no por falta de devoción, sino porque se
nos hubiese hecho tarde.
Al otro lado y gracias al día tan
nítido, se distinguían claramente La Bola, Peñalara, El Yelmo…
La subida al Cerro de la
Carrasqueta, nuestro objetivo último, es dura y algunos, los más débiles, llegaron
exhaustos a la cima como se podrá comprobar en estos documentos fotográficos.
Nos recreamos unos momentos con el panorama e iniciamos la bajada.
Más adelante, en unas rocas, nos
detuvimos a comer, comimos, bebimos, charlamos y JA, amablemente recogió gran
cantidad de muérdago
que según tengo entendido es una planta semiparásita que
crece sobre las ramas de diversos árboles, principalmente especies de hoja
caduca, como manzanos o álamos, pero también sobre algunas variedades de pinos.
Las hojas, de color amarillo verdoso y entre 2
a 8 cm de largo por 0,80 a 2,5 cm de ancho, se disponen en pares opuestos, son
lanceoladas, enteras y de textura correosa. Las diminutas flores (2-3 mm de
diámetro) son dioicas y también de color amarillo verdoso. El fruto es una baya
pequeña, verde cuando está inmadura y después traslúcida, de color blanco o
amarillo. La multiplicación es llevada a
cabo por los pájaros, en especial mirlos o tordos que, al frotarse contra las
ramas, dejan fijadas las pegajosas semillas, a partir de las cuales se
desarrollan unas raíces capaces de absorber la savia de las ramas del árbol huésped.
Sin embargo, sus hojas son capaces de realizar la fotosíntesis, por lo que es
considerada semiparásita.
Nos hicimos las últimas fotos,
recogimos y sin más incidentes destacables salvo un fallido intento de
encontrar un atajo con el que no dimos, llegamos a los coches y nos despedimos
hasta la próxima.
Miguel