Antes de nada quiero dar las gracias a Fernando por permitirnos
comer en su casa en una jornada en que por el frio, el suelo mojado y la
amenaza de nieve no apetecía comer en el
campo.
Las rutas por veredas,
cañadas y dehesas en Madrid vienen muy bien descritas en la web www.viaspecuariasdemadrid.org, suelen ser rutas fáciles pero no por ello menos
interesantes , forman parte del patrimonio natural de Madrid y creo que se
deben conocer . Además , si no fuera por estas vías pecuarias, muchos de estos
caminos habrían desaparecido por la voracidad de las urbanizaciones y de las
explotaciones agrícolas.
Una vez que dejamos atrás los últimos chalets comenzamos a bajar
por un camino, donde vimos un abrevadero de los muchos que hay en el camino y a
la derecha un magnífico campo de futbol. Desde luego equipamiento no falta en
los pueblos de Madrid, otra cosa es si se infrautiliza o no. Continuamos
andando por el camino llamado “Camino de Vinateros” hasta llegar al puente
sobre el arroyo de la Moraleja. El pequeño puente, de unos seis metros de
largo, que cruza el arroyo está formado por enormes lanchas de piedra
sustentadas por tres pilares del mismo material y suponemos que da nombre a la
pradera que hay cruzando el puente : pradera de “La Puente”. Aunque según Paco,
el puente no tiene la suficiente entidad para dar nombre a nada.
Seguimos por una senda bien señalizada hasta desembocar en el
Cordel de San Juan. Ahora deberíamos tomado el Cordel a mano derecha, en
dirección sur para seguir las indicaciones del recorrido , pero debido a que la
marcha era corta y fácil decidimos andar
un poco el cordel en sentido norte , hasta un altillo y allí tomamos los
panchitos. Degustamos un vino reserva de Rioja que había traído Paco; cada vez
vamos mejor con el tema de elección de vinos. En plena faena degustadora se
acercó un hombre a preguntar si habíamos visto caballos sueltos, a lo que
respondimos que no. Desde allí se podía disfrutar de una maravillosa vista
panorámica de Las Machotas y San Benito envueltas en nubes y con signo de estar
nevando.
Continuamos el camino por el cordel en dirección sur deshaciendo
lo que habíamos subido hasta volver a cruzar el arroyo de la Moraleja por
otro puente llamado de Cemento. Si el
anterior no mereció la consideración de Paco, este fue sencillamente ignorado.
Continuamos el cordel en dirección sur. Esta cañada , al menos en esta parte,
respeta la anchura reglamentaria, unos 35 metros, va entre paredes de piedra
que limitan las fincas colindantes, siendo la vegetación del entorno encinas,
enebro , jaras y a nivel rastrero cantueso, una vegetación bastante autóctona
de dehesa de encinar.
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Una vez cruzada la carretera, seguimos el cordel siempre en
dirección sur, a esa zona la llaman “Los Degollados”, se supone que degollaron
allí a algunos templarios. Por lo visto también hay fortines de la guerra civil
aunque nosotros no los vimos. Seguimos entre explotaciones
agrícolas y alguna casa. Más adelante hay un cruce con otro camino, a mano
derecha, que es el de Navalroble, por el que posteriormente se vuelve al
pueblo. Continuamos descendiendo por la Cañada y, a unos 50 metros, nos
encontramos con otro, el de la Memoria, que dejamos a la derecha. En este punto
cruzamos el Arroyo de la Yunta y ascendemos por la cañada hasta un punto con un
cartel explicativo del recorrido con vistas de las antenas de Fresnedillas.
Fernando , un poco antes de cruce del arroyo se volvió al pueblo por el camino
de Navalroble. Cómo el tiempo amenazaba nieve decidimos volver al pueblo lo
antes posible , desandamos el último trozo de cañada y tomamos el camino de
Navalroble donde alcanzamos a Fernando , ya casi en el pueblo. Este camino es
una pista ancha , sin nada de particular más que algunas vistas del Monte de la
Cabezuela y parte de la Dehesa de Navalquejigo.
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En total , con la propina incluida fueron 13 Km con un desnivel de unos 100 m.
Una vez en casa de Fernando, con muy buen apetito , pues eran
cerca de las 3 ½ dimos buena cuenta de las viandas , compartiendo algunos
ensalada y todo el mundo los dulces y chocolates que trajimos y el aguardiente
de Paco.
Dimos las gracias a Fernando por la casa y los utensilios prestados y regresamos con los
coches sin mayor novedad,
M.A
Enlace a las fotos: