A la marcha asistimos: Paco, Miguel, José Luis, Miguel
Ángel, Jerónimo, J.P, J.G y yo.
Al salir de Madrid ya la niebla hacia acto de presencia,
pero confiábamos en que esta levantase al llegar a Cenicientos, y así parecía
ser pues se abrieron grandes claros antes de llegar.
A un kilometro escaso de Cenicientos , en la carretera
que la une con Cadalso de los Vidrios, hay un gran depósito del Canal de
Isabel II, unas antenas de telefonía y un cartel indicativo que informa del
recorrido, la distancia (5Km), el desnivel ( 450m) y lo más relevante de la
flora y fauna que podremos observar. A
las 11h30´ comenzamos la subida por una amplia pista forestal a cuyos lados
crece una vegetación principalmente formada por encinas, coscojas y altos ejemplares de pino negro, así como algún que
otro castaño. También hay retamas, zarzas, helechos, jaras y gran cantidad de lavanda
(algunas todavía florecidas).
La subida es constante y un tanto monótona. Pasamos al
lado de una cuadrilla forestal que estaban haciendo labores de limpieza contra
incendios y poco después de un depósito y fuente de agua. A la hora transcurrida desde el comienzo y al lado de
las ruinas de un antiguo seminario decidimos parar a tomar los panchitos y a
que Miguel Ángel nos hiciera unas fotos con su cámara (provista de wifi) que se
acciona desde su teléfono móvil.
Un poco más adelante dejamos la pista para coger un camino a la izquierda que entre los pinos nos llevaría en poco menos de 20 minutos a una explanada donde finaliza la pista forestal y nace el camino que nos llevara a la peña. En un cuarto de hora y tras subir una fuerte pendiente nos situamos en lo alto de la peña Cenicientos donde está el hito geográfico y una caseta de vigilancia.
Nuestra
decepción fue mayúscula ya que la espesa niebla no nos permitió ver
absolutamente nada. La temperatura había bajado bastante y después de hacer
unas cuantas fotos decidimos realizar el regreso.
Bajamos, de nuevo, a la explanada y cogimos una estrecha y angosta
senda que transita por un formidable encinar donde se veían muchas marcas del paso de los jabalíes y señales, en los arboles, que indicaban los
puestos de caza mayor. La pendiente es muy acusada, se bajan 400m en apenas 1,5
Km.
Al salir de la parte más cerrada del monte y junto a
un viejo
viñedo y una higuera decidimos parar a comer. El tiempo es desapacible y nada más terminar de comer y ante la promesa de Jesús Porro de comentarnos los últimos avances en la teoría de la evolución, nos ponemos en marcha hacia el pueblo. A los 20´ nos encontramos con la carretera que va de Cenicientos a la Adrada y un poco después entramos en el pueblo. Par no continuar por la carretera hasta los coches, tal y como indica el track, cogemos una desviación que por un camino bien marcado nos lleva directamente a donde están estos
viñedo y una higuera decidimos parar a comer. El tiempo es desapacible y nada más terminar de comer y ante la promesa de Jesús Porro de comentarnos los últimos avances en la teoría de la evolución, nos ponemos en marcha hacia el pueblo. A los 20´ nos encontramos con la carretera que va de Cenicientos a la Adrada y un poco después entramos en el pueblo. Par no continuar por la carretera hasta los coches, tal y como indica el track, cogemos una desviación que por un camino bien marcado nos lleva directamente a donde están estos
Los del sur, como es costumbre, paramos en Pelayos de la Presa a tomar un café y la consabida copa Castellana con hielo de Paco.