sábado, 23 de noviembre de 2019

Acueducto de la Retuerta-Dehesa de Moncalvillo-Cascadas del Hervidero






Cuando me comentaron que yo era el que tenía que hacer las propuestas lo primero que hice fue mirar la predicción del tiempo, y resultó que como este otoño está siendo muy distinto a lo habitual también esta semana iba a tener nuevas borrascas que están trayendo lluvia, nieve y frío. Decidí proponer en zonas no altas, porque se predecían nevadas en ellas acumulando más nieve  a lo que ya tenían y fueron las de San Agustín de Guadalix, La Barranca y La Cabrera que además permitieran hacer jornada de medio día y luego comer a resguardo de las inclemencias en un restaurante.

Finalmente nos decidimos por hacer la Zona de San Agustin  que es la más cercana a Madrid con montes y bosques de alrededor de los 700-850 ms de altitud. Es zona bastante conocida para nosotros sobre todo la del rio Guadalix y la Dehesa de Moncalvillo. La que elegimos era la llamada: Acueducto de la Retuerta-Dehesa de Moncalvillo-Cascadas del Hervidero que recorre las zonas del norte del pueblo por las que acceden los ríos y las vías  de distribución de las aguas del Canal de Isabel II en su acceso a Madrid.

La topografía de la zona se encuentra perfectamente diferenciada entre las laderas y glacis de la zona oeste y la llanura de inundación que forma el río Guadalix, que naciendo en las faldas de la Morcuera recorre el termino de Miraflores , pasa por el pueblo de Guadalix y vierte al embalse de El Vellón o Pedrezuela. Sale el dirección sur y cruza el  término municipal, al que vierten sus aguas dentro del municipio y por su margen derecho, los arroyos del Caño, de la Sima y de la Fresneda. Es la zona de transición entre la sierra de Guadarrama y la campiña detrítica de la fosa del Tajo, presentando un paisaje a caballo entre lo propiamente serrano y lo característico de la campiña madrileña.

 A este contraste paisajístico entre los terrenos ganaderos del piedemonte serrano, con gran superficie de pastos y arbolado, y los propios de la campiña, dedicados en su mayor parte a cultivos con escaso arbolado, se añade el río Guadalix que entra en el municipio como un río propio de montaña y lo abandona conformando una amplia vega. Geológicamente tiene un variado mosaico en el que afloran esquistos y gneises con materiales metamórficos y sedimentarios que dan suelos pobres pero que con la actividad ganadera se han desarrollado con material arbóreo y de gran riqueza ecológica.
La cobertura vegetal según el sustrato se compone de alisedas, encinares con enebros y coscojares. Entre el piedemonte serrano y la zona de campiña, se interpone una ceja caliza, tradicionalmente explotada como cantera de piedra y cal, sobre la que se desarrolla la vegetación propia de estos sustratos y que viene a romper una posible transición más continuada entre la vegetación del piedemonte y la de la campiña.

El recorrido de la excursión lo hicimos en sentido contrario a las agujas del reloj por lo que fuimos pasando por la zona de La Rinconada, cruzamos el rio por el puente de San Antonio y llegamos a las Cascadas del Hervidero donde admiramos la zona rocosa y las caídas del agua que era abundante por lo llovido y nevado en los montes de Morcuera los últimos días. Estuvimos allí tomando los panchitos y al reanudar la marcha cruzamos el río de nuevo por uno de los canales que cruzan elevados sobre el río. Desde ese punto había que superar un desnivel de 100ms a través de un sendero para adentrarse en la dehesa y llegar a la Almenara de los Castillejos que es una atalaya donde están situadas unas antenas y seguramente se utilizó para algún desvío del canal.



El bosque de la dehesa está compuesto de encinas, carrascas, enebros, coscojares y también bonitos por su coloración en otoño cornicabras. Además ya estaba el suelo verde por las lluvias otoñales y fue un disfrute patear por allí. Salimos de la dehesa, cuando ya llevábamos más de 7kms andados, por la puerta metálica que  da acceso.

 Cuando llegamos al Torreón de la Retuerta, que debe ser un respiradero de los canales, aparecía un acueducto de más de 100ms de largo que permite salvar una depresión del terreno a uno de los canales y algunos creímos que teníamos que cruzarlo pero no era necesario y había que bajar el desnivel que salvaba pero tomando dirección a la izquierda que nos hizo tomar un camino forestal que nos llevó a los coches.

Empezó a llover justo cuando entrábamos en el restaurante, que ya nos tenía preparada la mesa. Creo que comimos bien y a buen precio por lo tanto satisfactorio salvo la tardanza del postre que cabreó algo a Paco. Volvimos a Madrid cuando llovía copiosamente.





JP