domingo, 27 de febrero de 2022

PEÑA de la CABRA y PEÑA del AGUILA 23-02-2022

 

Excursión a Peña de la Cabra y Peña del Águila

 23/02/2022

 


              Al proponer esta salida, no caí en la cuenta de que estaba a 100 km de mi domicilio y los últimos 20 por carretera un poco estrecha; así que tardé casi dos horas, con los tres atascos que pillé, hasta llegar al puerto de La Puebla, donde ya me esperaban todos mis compañeros, menos W. Nos hemos juntado seis marchosos, José Luis, Miguel Ángel, Jero, Juan Ángel, Wolfgang y yo, Paco, el de la bota de vino y el que suscribe. Desde aquí, las vistas son ya espectaculares, una vertiente da a la sierra de Guadarrama y la otra hacia el valle de Puebla de la Sierra.

              Iniciamos la marchita bajando por donde hemos subido con los coches y en seguida nos aparece a la izquierda un camino (el camino de Lonchares) que recorre toda la ladera oeste de la Sierra del Rincón; a casi dos km de seguir esta pista forestal, la abandonamos y tomamos el desvío de la derecha ascendiendo hasta llegar a La Tiesa donde nos solazamos con las vistas que nos ofrece.


 Desde aquí nos dirigimos al alto de Las Rozas. Unos llegan hasta arriba, otros nos quedamos al pie del mismo y allí hacemos un alto para tomar los “panchitos” y arrearnos unos latigazos de vino con la bota que hoy la he llenado de Somontano.

 A nuestra espalda, aparece Peñalacabra, que es el siguiente objetivo y pensamos que es mejor llegar a ella por la cuerda que divisamos a su izquierda en lugar de bajar hasta el valle (bajada muy empinada y dura, sin camino, así, a zurrumbullón) para luego subir con una pendiente muy fuerte hasta la base de la cima. 

 

              Pues no sé cómo nos apañamos, pero casi sin darnos cuenta, nos encontramos bajando hacia una pista (que se divisaba en el fondo del valle) por torrenteras, piedras deslizantes, desniveles salvados arrastrando el culo por las rocas, ramas de arbustos que te impiden el paso y un largo etcétera. Al final, arribamos todos a la pista forestal y la seguimos durante un largo trecho, hasta que, al divisar la loma de la cuerda nos salimos de la pista y subimos por un senderito hasta ella. Yo, como siempre, iba el último, pues me estoy dando cuenta últimamente que este tipo de esfuerzos no le sienta muy bien a mi cuerpo. Menos mal que me acompañaba a poca distancia W y que en el desvío hacia la loma, saliendo de la pista, nos esperaba Miguel Ángel.


 

 Bueno, pues desde aquí ya sólo resta seguir las ondulaciones de la cuerda (un sube y baja un poco rompe piernas) hasta la base de Peñalacabra y atacarla dando un rodeo por detrás.




 

              Cuando llegamos a la base, José Luis y yo decidimos quedarnos allí a descansar  y esperar a los demás para luego almorzar. El paisaje es espectacular, sobre todo las afloraciones rocosas que emergen de la tierra como manojos de lanzas inclinadas, me dan la impresión de que son rocas bellamente agresivas. No entiendo de piedras, y no sé si son gneis, granito, pizarra o qué sé yo, pero las contemplo con un disfrute especial. Me acomodo y me acoplo como puedo entre ellas para descansar hasta que vuelvan los cuatro héroes que se han ido a conquistar Peñalacabra.




 

              Al juntarnos todos, almorzamos como de costumbre en el mejor restaurante, que es la sierra con su aire, su sol, sus vistas y nuestro condumio. Comentamos la actualidad un poco pues en Ucrania parece que se va a liar gorda, por un lado Rusia con su nuevo zar, Putin, y por otro la OTAN con sus historias. Otra noticia es la descomposición del PP, la lucha a muerte entre Casado y Ayuso y el ascenso de Feijoo.

              Juan Ángel se va antes porque tiene que ir a ver una obra de teatro con sus dos hijas y nos sugiere que volvamos por unos cerros donde se divisan antenas o algo así. Le hacemos caso por no volver por el mismo camino y así, de postre, nos metimos dos subidas y bajadas que ya no se nos hicieron tan duras, llegando a los coches y despidiéndonos hasta el miércoles próximo. Es una delicia salir al campo entre semana.

 



Paco.