jueves, 19 de abril de 2018

LAS CARCAVAS DE ALPEDRETE 18-04-2018



PONTON DE LA OLIVA - CARCAVAS DE ALPEDRETE
                         18-04-2018

Este miércoles solo quedábamos 3 marchosos dispuestos a hacer la excursión, Chicho Jero y Miguel Ángel (el que escribe) y se aceptó mi propuesta de visitar las Cárcavas de Alpedrete, porque nunca había hecho yo esta excursión y tenía interés en ella.
Con una track en la que se llegaba a las cárcavas por abajo y se pasaba por el pueblo de Alpedrete, salimos del aparcamiento que está en la curva de la carretera y fuimos bajando a coger la carretera o pista que desde la parte baja del Pontón sube a Alpedrete y que coincide con el GR-10 en ese tramo. Después el GR-10 abandona la carretera y al poco también abandonamos el sendero para seguir el track, que nos lleva por la torrentera que baja desde la misma base de las cárcavas. Jero y Chicho, que nunca habían visto las cárcavas bajo este punto de vista, se alegraron de poder verlas desde abajo.
Las cárcavas desde abajo
Hay numerosos brazos por los que uno puede adentrarse, pero todos, salvo el que seguimos por la track, acaban en una pared de arcilla infranqueable. Bajaba agua por la torrentera, a pesar de lo árido de la zona. La escapada de allí fue costosa pues al final prácticamente hubo que trepar por una de las cárcavas para salir.
Trepando para salir
Una vez arriba, ya se tiene la vista de siempre y después de las consabidas fotos, tomamos los panchitos debajo de unos pinos, ya empleados otras veces para este menester.


 Continuamos la marcha hacia Alpedrete y al poco nos juntamos con un camino que salía por la derecha y que Jero dijo que por el se asciende mucho más suave a las cárcava que por la izquierda o por el centro.
 
Por un camino entre jaras seguimos hacia Alpedrete y al poco de juntarnos con la pista que sube desde el Pontón vimos el viaducto del Canal del Jarama, que supongo que viene del Vado hacia el Pontón.
Paisaje yendo hacia Alpedrete
 

Viaducto del canal del Jarama
Para evitar pasar por el pueblo nos desviamos por la casilla del canal, justo antes del pueblo buscando una senda que nos llevara a la pista que saliendo del cementerio de Alpedrete baja a cruzar el arroyo Reduvia.
desvío para no pasar por Alpedrete
Efectivamente encontramos la senda al lado de 2 porterías en medio de la nada con 2 bancos también en medio de la nada.

Porterías de fulbito en  medio del campo
  
La senda es una alfombra verde al principio muy bonita y luego se deja caer por un empinado sendero de cabras a juntase con la pista que viene de Alpedrete (ese tramo desde el cementerio coincide con la marchas del Camino de los Cipreses).
Justo antes de cruzar el arroyo, cogimos a  la izquierda el GR10 en dirección al Pontón.

Vista del Reduvia desde el GR10
Es una camino que discurre primero por una preciosa senda casi sin pendiente, con el arroyo debajo y después asciende hasta encontrase con la pista asfaltada que baja de Alpedrete al Pontón. Vimos, como curiosidad un montón de colmenas al lado del arroyo Reduvia.
 
También vimos un camino que bajaba por los pinos detrás de las abejas y que según explicó Chicho, se volvió por allí en 2007 después de no encontrar el Camino de los Cipreses.
Llegamos a la pista asfaltada y cómo el sol calentaba bastante, buscamos algo de sombra entre tanta retama y fuimos a comer a un campo de almendros abandonado, con vistas a las cárcavas. Agradecemos a Chicho el haber regalado a cada uno una botellita de vino 3/16 de litro que sirvió para panchitos y la comida.

Paisaje desde la comida
 
 Continuamos por la pista y al poco estaba la almenara del sifón del canal de YI del Jarama que termina en otra almenara al otro lado del Pontón.
Almenara del sifón del Jarama


En un ensanche de la carretera(donde aparcan los escaladores) dejamos la pista y con unas vistas impresionantes del cañón por el que baja el Lozoya, comenzamos a descender hacia el río saludando a un montón de escaladores que hacían prácticas en las paredes casi verticales.
Rio Lozoya visto desde la zona escalada
 
 Cruzamos el río por la presa y fuimos a dar a la pasarela donde había varios operarios soldando , limpiando y pintando. Esto mismo ya lo vimos la última vez que pasamos, cuando estaban poniendo verjas y puertas. Esperamos que no restrinjan el paso.
Camino a casa paramos en el bar de siempre en Torrelaguna, donde Jero nos invitó a un café y así acabamos esta jornada en que todos conocimos algo nuevo.
 

 
M.A. Lázaro