viernes, 29 de enero de 2021

Pelayos de la Presa-Cerro de San Esteban 27/01/2021

Debido a la borrasca Filomena con gran aportación de nieve que colapsó Madrid, a la ola de frio polar que le siguió, a la mala gestión por parte de Comunidad de Madrid del problema creado por la meteorología… es la primera marcha que hacemos en este año de 2021. La semana pasada nadie se apuntó a la propuesta de salir, pues otra borrasca, Ignacio, con poca repercusión en Madrid, acojonó al personal. Súmese a todo esto la pandemia del coronavirus que está en un punto de máximo índice de contagio. Las propuestas hechas sobre zonas del frente de la Guerra Civil en Perales de Tajuña y en Quijorna fue cambiada, por posibles confinamientos por la pandemia, por la que hicimos: Pelayos de la Presa-Cerro de San Esteban, a propuesta de Juan Angel. Quedamos a las 10:45 en la gasolina que está antes de Pelayos de la Presa, pasado el embalse de Picadas. Desde allí fuimos al punto de partida, donde aparcamos los coches. El tiempo era muy apropiado para andar: cálido y completamente despejado. A las 11:00 comenzamos la marcha por una zona boscosa, muy verde y sin pizca de nieve. Desde el comienzo empezamos a subir, suave y de forma continua hasta un mirador, un pequeño cerro al lado del camino, desde el que se veía unas estupendas vistas sobre el embalse. Volvimos al camino para seguir la subida al cerro de San Esteban, a cuya cima llegamos sobre las doce horas. Allí, junto al mojón geodésico, nos tomamos “los panchitos” acompañado de un buen rioja reserva de 2014. A pesar de subir por zona boscosa y umbría, llegamos sudando. Una vez repuesta las fuerzas, bajamos el cerro y pasamos por una casas esparcidas y luego por una urbanización que nos condujo a una carretera por la anduvimos un trecho para coger una pista con dirección al oeste, hacia San Martín de Valdeiglesias. A partir de ese momento se acabó el bosque y la zona umbría, todo el camino a pleno sol y con vistas de fincas de cultivos: árboles frutales, algunos almendros ya con flor fecundada, y viñas. Llegado a un punto, cogimos otra pista que nos llevaba a Pelayos de la Presa, Esta pista terminaba en una finca que tuvimos que rodear, campo a través, para tomar otra pista. Por el camino, en un altillo, sobre unas rocas, tomamos el refrigerio, con el vino y los diversos chocolates y aguardiente, pero sin café. Después de descansar un poco, recogimos todo el material y continuamos bajo un fuerte sol, sobre la pasta, hasta llegar a una urbanización de chalets, conocida por la de la Estación, al final de cual se conserva aun el edificio de dos plantas de una estación del ferrocarril San Martín de Valdeiglesias-Madrid, que solo llegó a funcionar el tramo San Martín-Pelayos. Cerca de 1as cuatro ya estábamos en los coches volviendo para casa, después de esta agotadora, calurosa jornada, en la que se abusó de marchar sobre pistas. Asistentes: JA, JL, MA, Wolfgang y yo Jerónimo Limón