sábado, 3 de octubre de 2020

EXCURSION POR LA JAROSA Y LAS CAPILLAS DEL VIA-CRUCIS EN EL VALLE DE LOS CAIDOS








La excursión que se había seleccionado era la de La Cascada del Hornillo, pero como Jero tenía una prueba médica por la tarde y pensaba que yendo a esta podría acudir a la cita sin problemas, la cambiamos por votación mayoritaria.

Iniciamos la marcha puntualmente y nos adentramos en el bosque por la puerta de La Cerca de Felipe IIque formaba parte de las creadas alrededor de Madrid en el siglo XVI como aduanas de acceso a la villa y que ahora sirven como limitación de acceso al dominio del Patrimonio Nacional. Pero nosotros obviamente pasamos por allí como es debido, o sea “como Pedro por su casa”. Se tuvo que cruzar un arroyo llamado de Picazuelo. A través de una pista forestal hicimos una primera hora y media de recorrido por el bosque de pinos y robles aunque también mucha arizónica.

 

 

El recorrido estaba marcado por carteles indicativos de la zona que recorríamos con una pequeña reseña sobre sus características y cada una tenía un nombre, ¡qué bonito! Claro, claro es que estaba en la cercanías del V. dls Cds. Los nombre eran algo así como: En busca de agua, Agua necesaria, Caudal de Vida, La sed de Madrid, etc… Yo me imaginaba la camisa azul y el pantalón corto de nuestra época del Frente de Juventudes.

Así llegamos en hora y media al Alto de Picazuelo donde tomamos los panchitos. Emprendimos la marcha y atacamos ya una subida por senda empinada que nos llevó a la primera capilla que te hace preguntarte como es que a mitad de siglo XX todavía había gente que pensaba  como hacia varios siglos atrás para hacer esas burradas: capillas de bloques enormes, de granito en lo alto de montes escarpados para poder hacer un vía crucis que recuerde al sufrimiento de Jesús de Nazaret. Pero el sufrimiento fue sobre todo de los presos republicanos (rojos) que lo tuvieron que hacer.












Seguimos subiendo escalones que te llevaban a la siguiente estación del vía crucis y en general lo que más impresionaba era las vistas de todo el valle con la Cruz de los Caídos en medio. Después de subir al menos mil escalones llegamos a la más alta de las cruces que estaba en el Risco de la Brulera donde había una vista general amplia del valle, que parece sirve de vigía del monte.

Después de bajar tropecientas escaleras llegamos a la zona donde más o menos íbamos a comer, pero yo que iba el último me despisté y les perdí, así que me costó volver a encontrarlos pq se habían separado algo de la senda marcada por el gpx.

La comida regada con la bota de Paco con vino de (no recuerdo) pero bueno, café de Miguel y aguardiente de M. Angel fue como siempre un momento agradable de reposición de fuerzas y charla.

En una hora llegamos a aparcamiento de La Jarosa II y volvimos a casa, no sin antes pasar algunos en Guadarrama por un bar con terraza para saciar la sed con invitación de Paco. Otra jornada más en la que disfrutamos de estupendo día y solo mencionar que echamos en falta a Chicho (ah! y JL).

 



JP