Hacía tiempo que no nos reuníamos tantos marchosos como el
miércoles 23 de mayo. Quedamos en el aparcamiento de Navacerrada para atacar
Siete Picos siete marchosos: JL, JA, JP, MA, Chicho, Jero y Miguel.
Había varias propuestas para variar la ruta: por dónde
empezar, por dónde volver, alargar la marcha, acortar la marcha, etc. Hasta que
el líder (por un día) impuso su autoridad y decidió que comenzaríamos la marcha
al revés, para evitar la fuerte subida de la vuelta.
Comenzamos la subida por las pistas de Navacerrada hasta
incorporarnos a la Senda Herreros, que algunos no conocíamos, y que resultó un
camino muy accidentado pero muy bonito y de vistas espectaculares. Lo bajamos despacio, sin grandes
dificultades, sólo evitando en ocasiones las rocas mojadas y disfrutamos del paisaje y del bosque de enormes pinos muy
diferentes a los de Valsaín.
Incluyo aquí el enlace sobre Enrique Herreros que nos proporcionó
gentilmente Chicho y que es muy interesante, por si alguno no lo había leído
https://elpais.com/cultura/2014/03/28/actualidad/1396037253_574366.html
A las 12,30 h. tomamos los “panchitos”
y continuamos
descenso hasta dar con el Camino de la
República que todos hemos hecho muchas veces y que se convierte en un agradable
paseo. Allí nos cruzamos con una excursión de niños y niñas de 3º de primaria
muy simpáticos y cuyas maestras nos preguntaron por la bajada más apropiada
para llegar a sus autobuses.
A las 2,30 h. llegamos a la Fuenfría y allí nos detuvimos
para comer ( esto de las horas es muy importante porque a partir de ahora va a
ser de obligado cumplimiento ). Frente a nosotros se alzaba majestuoso el Montón de Trigo. Algún día, antes de morir, lo subiremos.
Comimos, bebimos vino y tuvimos un debate, que más bien fue una interesante
charla de JP sobre el lenguaje a
propósito de la película “La llegada”, que algunos habíamos visto. Deberíamos
recuperar estos coloquios de sobremesa o sobreroca.
Después de comer iniciamos el regreso por la senda Cospes,
hacia la conocida senda Smidtch.
JP y yo, Miguel, nos quedamos un poco atrás porque fuimos
caminando despacio y charlando tranquilamente. Cuando llegamos a Navacerrada
los del norte ya se habían ido y JA nos esperaba. Los tres nos fuimos a la Venta
Arias, nos tomamos los cafés y nos volvimos a casita.
El líder (por un día)