viernes, 4 de abril de 2014

HOYO DE PINARES: LAS VIÑAS, LA ERMITA Y LA NECRÓPOLIS DE NAVASERRADA




En primer lugar desear el pronto restablecimiento de nuestro compañero Fernando, así como la recuperación de las molestias que aquejan a Manolo y Pablo para que de nuevos estén con nosotros lo antes posible.
Alrededor de las once y media y con un día que se presentaba lluvioso y con brumas en el horizonte, comenzamos nuestra andadura por una pista cementada, que concluye en Hoyo de Pinares, y que se adentra en un paraje de montes graníticos, pinos piñoneros, sabinas, encinas, retamas, jaras  y parcelas con viñedos, la mayoría por esta parte abandonados. El verde intenso de los prados y matorrales regados por arroyos y arroyuelos dan a este paisaje una gran belleza que nos permite hacer la marcha de una forma distendida y sumamente agradable. Después de unos cuantos kilómetros por la pista, nos desviamos hacia el camino bien señalizado de la Ruta de las Viñas, que viene desde Hoyo de Pinares. En poco menos de un kilómetro accedimos a otro camino también señalizado de la Ruta de la Necrópolis y a través de un sendero a los restos de la ermita de Navaserrada y unos cientos de metros mas adelante a la Necrópolis del mismo nombre, donde un poste indicativo nos informa que las tumbas, una docena, son de origen visigodo del siglo octavo.
Los panchitos, esta vez sin la bota por ausencia de Paco, nos los tomamos debajo de un buen ejemplar de acebuche, rodeado de esparragueras con algún espárrago si cortar.  A partir de este punto decidimos volver a los coches primero desandando la senda  hasta volver al camino señalizado y luego cogiendo diversos atajos que pudimos tomar sin equivocarnos gracias a los gps de nuestros compañeros. Por esta zona las viñas se veían mas cuidadas  y el monte estaba salpicado de decenas de construcciones de diferentes estilos, formas y tamaños que cada cual se ha venido haciendo como le ha parecido. Ya cerca de los coches se observa un pequeño arroyo que se desploma de forma escalonada en una  bonita cascada.
Pusimos rumbo a Cebreros donde teníamos reservada mesa en el restaurante Avenida, situado en el centro del pueblo, a eso de las tres de la tarde. Ya sentados Chicho (por eso del santo) nos invitó a un aperitivo mientras decidía cada uno qué pedir. Tras una comida decente (primeros platos poco elaborados, pero segundos magníficos) dimos un pequeño paseo hasta el museo de Adolfo Suárez instalado en una antigua y bonita iglesia.
J.A
 

 
 
 
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martes, 1 de abril de 2014

El francotirador y Manolo ‘El del Bombo’


  Querido F., me reprochas que en mis críticas al nacionalismo catalán pese mucho la necesidad de no ser nacionalista español, y que aún profese la vieja creencia en la utilidad de la distinción entre izquierda y derecha y que por ello critique la indefinición de UPyD y Ciutadans. Ambos reproches son justos. Es más, yo diría que, al menos en el primero, te quedas corto: no es que pese mucho en mis artículos la necesidad de no ser nacionalista español; es que pesa mucho en todo lo que hago.

 Y quizá debería pesar más, porque para mí el nacionalismo español es tan malo como el nacionalismo catalán, o peor, y tan malo como cualquier otro; la razón es que el nacionalismo, que fue una ideología de libertad en el siglo XIX, en el XX se volvió lo contrario. En esto, creo, estamos de acuerdo. Pero me parece que tú piensas que, a diferencia del nacionalismo catalán, el español ya no existe o es cosa de cuatro frikis. Ahí es donde discrepamos: yo, en España, veo el nacionalismo español por todas partes, igual que, en Francia o Inglaterra, veo por todas partes el nacionalismo francés o inglés (razón por la cual no hay manera de que avance la única cosa un poco sensata que hemos inventado, que es una Europa unida).

 A los españoles el nacionalismo español nos viene casi de serie, como a los coches el aire acondicionado. Esto lo dice un amigo madrileño y madridista y residente en Barcelona que tiene una amiga madrileña residente en Nueva York que, cada vez que viene a Cataluña, se irrita cuando descuelga el teléfono de la habitación de su hotel y en recepción le contestan con un “Bon dia”. Sobra decir que lo que hace el PP con el catalán en Valencia o Aragón es puro nacionalismo lingüístico. En resumen: la crítica del nacionalismo debería empezar por la crítica del nacionalismo propio.En cuanto al reproche de que siga creyendo en la vieja distinción entre derecha e izquierda, también me parece justo, aunque es como si me reprocharas que siga creyendo en la vieja distinción entre el Norte y el Sur.

 La derecha y la izquierda no son, como creían las viejas izquierda y derecha, conceptos absolutos, sino relativos, meramente orientativos, pero indispensables (igual que los conceptos de Norte y Sur): son una forma de que entendamos a la primera si un partido está a favor de una mayor o menor intervención del Estado en la economía, a favor de una sanidad o una educación sobre todo privadas o sobre todo públicas, a favor o en contra del aborto, etcétera. No es que izquierda y derecha se den sin impurezas en un partido o una persona (a menudo se dan mezcladas), y además uno no es de derechas o de izquierdas a secas, sino más de derechas o más de izquierdas en esto o en aquello. Dices que en los países avanzados esa distinción ya no rige. No es cierto. Viajo mucho, quizá demasiado, y no conozco ningún país donde no rija, aunque con distintos nombres: liberales en EE UU, laboristas en UK, socialdemócratas en Alemania o Suecia.
  Es verdad que se ha puesto de moda decir lo que tú dices, y que algunos partidos han intentado practicarlo: en nuestra democracia quizá el primero fue el CDS de Suárez, y el último, UPyD; ambos trataron, o tratan, de recoger votos a izquierda y derecha –Fraga le reprochaba con razón al Suárez del CDS que en Madrid fuera de izquierdas y en Ávila de derechas–, igual que en Cataluña los trileros que defienden el llamado derecho a decidir tratan de recoger votos de independentistas y de no independentistas. Eso, en casi todas partes, recibe un nombre: populismo.
JAVIER CERCAS                 30 MAR 2014 - 00:00 

Cortesía de JP