viernes, 6 de mayo de 2016

20160504 El Tiemblo Castañar-Pico Mirlo-Pozo Nieve


Hemos quedado en la gasolinera de El Tiemblo siete excursionistas que vamos a afrontar la subida al Pico del Mirlo (lo hemos dejado en opcional ), contemplar el Pozo de la Nieve y hacernos fotos en El Abuelo (castaño centenario): Jero, José Luis, JGC, Chicho, Juan Ángel, Miguel y Paco (el que suscribe).
Hoy el líder es Paco, al que, normalmente, no se le hace mucho caso (y con razón, como veremos más adelante).
Iniciamos el camino en el área recreativa El Regajo . Al poco rato, después de haber pasado el refugio de Majalvilla y el desvío a El Abuelo,


así como dejado a la derecha el puente sobre el arroyo de la Yedra y ya ascendiendo un poco,


Paco recibe una llamada de uno de los dos marchosos que se han quedado un poco rezagados, y le preguntan que qué camino han de tomar en una encrucijada que, los que van en cabeza, ya han pasado. Paco piensa en otra de las encrucijadas que ya ha pasado y les indica mal, es decir la contraria. Así es que estos dos aventureros inician un ascenso distinto del de los demás. Al cabo de un rato, y viendo que no llegaban, Paco vuelve sobre sus pasos, corriendo, sin mochila ni bastones al encuentro de ellos, bajando hasta el famoso puente. Grandes voces, silbidos,… ¡nada! Cuando, al fin, tenemos cobertura en los móviles, quedamos con ellos en el Pozo de la Nieve para comer, porque la subida al Mirlo es opcional y puede ser que muy pocos la hagan. Subiendo por caminos, veredas, senderos y campo a través entre piornos y piedras, llegamos a una especie de finca donde el dueño (señor con mucha barba y más malas pulgas) empieza a echar una bronca de tres pares de narices al cabeza de fila que resulta ser JA (esto le pasa por ir el primero siempre) porque decía que nos habíamos saltado un letrero de prohibido el paso (que, curiosamente, ninguno de nosotros había visto).
Después de un gran esfuerzo subiendo campo a través, llegamos a un ancho camino en la cuerda,


vimos el Mirlo a nuestra izquierda, el más avanzado (¡qué casualidad que fuese JA!) divisó a los dos aventureros comiendo en la base del pico y cuatro de los que íbamos juntos decidimos acercarnos al Pozo de la Nieve, eso sí, cada uno por su lado. El quinto, al ver que no subíamos al Mirlo, desistió también y se vino a comer al Pozo. Allí estuvimos haciendo fotos, pues el pozo tiene una escalera que baja hasta el fondo y está rehabilitado y muy bien conservado. Es muy bonito y tiene una murallita delante de las dos puertas para evitar la entrada de animales. Contiguo a él hay un refugio que es donde comimos. Es grande y se puede incluso dormir pues tiene el suelo de paja.



Una vez contemplado el paisaje, comenzamos el descenso pasando por otro refugio, más pequeño, pero con dos fuentes de agua (bueno, un abrevadero y una fuente) y dos escalones para subir a la entrada. Ambos refugios tienen chimenea. Llegamos a la segunda área de descanso, que se llama “La Barranca” y descendemos pegados al arroyo de San Jurdón, para llegar al famoso puente de madera donde se une con el Yedra. Desde aquí, y por el castañar, todo fue coser y cantar. Al llegar al área “El Regajo”, nos encontramos con los dos disidentes que han protagonizado otra marcha distinta.
Después Paco nos invitó a todos en el pueblo para festejar su cumpleaños que fue el 27.

Y sin más temas que tratar, se levanta la sesión hasta la semana que viene.

Paco.