Aclarados algunos puntos sobre la procedencia de las marchas propuestas y el perfil de las mismas, se decidió por mayoría subir a Cabeza de la Huerta. Era la primera vez que se realizaba esta ascensión y puntualmente a las 11h15´ diez marchosos ( faltaban Pablo y Chicho) comenzamos nuestra andadura.
La excursión transita primordialmente por caminos forestales
dentro de un bosque mixto de pino piñonero y encinas entre las cuales crecen
jaras, retamas y algunas matas de mejorana y cantueso; también vimos ( Paco) un
pequeño grupo de setas ( Lepista Nuda), algunas senderuelas y otras que no
supimos clasificar. Hay mucha zona vallada, bien para uso cinegético o
ganadero, aunque solo vimos unas pocas vacas.
Pasado un poco más de una hora de caminata, tomamos los
panchitos en un promontorio desde el que se divisaba Cebreros, Robledo de
Chavela, las gargantas del rio Cofio y más
allá la sierra de Gredos.
Después del refrigerio, acometimos la subida a Cabeza la
Huerta. Paco, José Luis, Jesús G. y
Jerónimo la acometieron de forma directa por el cortafuegos que tenía unas
pendientes muy pronunciadas. Los demás fuimos por el camino señalado en el
track, y al comenzar el desvío de la subida, Manolo y Fernando se quedaron en
ese punto, ya que no les apetecía subir. En el pico hay un hito geodésico, un
puesto de observación forestal y una antena. Las vistas deben de ser
impresionantes en todas las direcciones, pero apenas pudimos apreciarlas, ya
que una intensa niebla nos cercó y no pudimos disfrutar de ellas.
De nuevo, todos juntos, continuamos de forma agradable
nuestro paseo, hasta que llegamos a un lugar increíble donde decidimos comer.
Por encima de un antiguo y abandonado campo de tiro al plato, se erguía un cobertizo de madera, techado pero sin paredes, con una mesa para diez comensales. Las ensaladas, la tortilla de JG, los chocolates (cuatro variedades con mas del 70% de cacao) y los aguardientes de Miguel y Paco, se consumieron reposadamente en aquel estupendo lugar.
Por encima de un antiguo y abandonado campo de tiro al plato, se erguía un cobertizo de madera, techado pero sin paredes, con una mesa para diez comensales. Las ensaladas, la tortilla de JG, los chocolates (cuatro variedades con mas del 70% de cacao) y los aguardientes de Miguel y Paco, se consumieron reposadamente en aquel estupendo lugar.
El inicio de la lluvia nos movió, al terminar de comer a
abandonar con premura el sitio y caminar en dirección a los coches. A la
vuelta, como ocurre la mayoría de las veces, el grupo se dividió en dos; unos
atajando por el cortafuegos y los demás, para evitar la brusca pendiente,
hicieron un recorrido un poco más argo, pero más suave.
Ya en todos en los coches, los del Sur más Miguel, con menos
prisas, nos paramos a tomar un café, en Navas del Rey, para rematar la jornada.
PERFIL DEL GRUPO 2
Enlace para las fotos:
https://plus.google.com/107086082323572351540/posts/YLn7tsWQeFd?gpinv=AMIXal-GQwCRDlhGFS_o_E117Urwf_cq9Nng3AezEufw8i3rZplhz3SVFCyCLMLtfMqInEKtvJ-FMlkiaEWxvkfOelQDcOx9uDuDcyARqxLI6oQ6bKoJyFY&cfem=1
JA