sábado, 10 de enero de 2015

La Pedriza, Majada de Quila (07/01/15)



Ya que no proponía nadie ninguna excursión, entonces el arriesgado de Paco tomó las riendas del asunto y propuso esta marchita a La Pedriza con su habitual ingenio (cuando no sabemos dónde ir, recurrimos todos a la Pedriza, ¡vaya ingenio la de este individuo!). Se le había metido entre ceja y ceja visitar diferentes chozas y refugios de estos riscos y desde el aparcamiento de Cancho Cochino ya hizo el trazado de la ruta: encontrar la choza Kindelán, buscar un refugio de antiguos escaladores y llegar hasta la Majada de Quila, todo esto siguiendo la ruta 238 de AC con variantes y sólo a la ida. La vuelta la hicimos por el collado Cabrón. Al final, nos juntamos seis marchosos, Jero, Miguel Ángel, José Luis, Fernando, Juan Ángel y el Paco. No está nada mal para ser la primera excursión del año.



Al principio, buscando la choza Kindelán, el Paco se retrasó bastante del grupo, no encontrando nada de nada (¿es que ha desaparecido?) y luego se reencontró con los demás para tomar los panchitos en un alto, al lado de un arroyito, subiendo hacia los Cuatro Caminos. Ya en este cruce encontramos una pareja que venía preguntando por el desvío hacia el puente de los Poyos y le dijimos que ya se lo habían pasado, así es que comenzaron a deshacer el camino hecho. Desde aquí iniciamos la búsqueda de la cabaña de los escaladores con Paco y JA al frente que son los que “conocen” el camino; al cabo de un rato, sin encontrar la cabaña, los dos decidieron volver, pero no por el camino ya andado, sino pegados a la base de las rocas hasta que llegaron al lugar buscado y, ¡oh, sorpresa!,  sólo había una oquedad y la roca que hacía de techo estaba renegrida del humo de muchas lumbres. Todo el mobiliario que antes había (mesas, cocina, estufa, utensilios de cocina y fuego, pizarra, lápices,…) ya no existía, ni siquiera la puerta de entrada de madera ni un pequeño murete hecho con piedras sobrepuestas, que cerraba el refugio. ¡Qué desilusión, qué destrozo!


      
Continuamos hacia la Majada de Quila y la encontramos pronto, pero, al igual que la anterior cabaña, ya no existía nada, sino simplemente la forma de las rocas en plan triangular y restos de un pequeño muro que rodeaba la entrada. Total, otra desilusión.
     Si el objetivo de esta excursión era ver las cabañas de Kindelán, de los alpinistas y de Quila, no cumplimos ninguno, pues sólo encontramos formaciones de rocas en forma de cuevitas, pero no refugios en activo. De todas formas disfrutamos de un buen día, y, como siempre, de las vistas, de las charletas, del vinillo, y del mejor restaurante que es el monte.

    
Al regresar, encontramos una plancha de hielo que tuvimos que vadearla. Y sin más incidencias y bajando a toda leche, llegamos a los coches que seguían en el mismo sitio que los dejamos (¿?).

Paco