Ya que no proponía nadie ninguna excursión, entonces el
arriesgado de Paco tomó las riendas del asunto y propuso esta marchita a La
Pedriza con su habitual ingenio (cuando no sabemos dónde ir, recurrimos todos a
la Pedriza, ¡vaya ingenio la de este individuo!). Se le había metido entre ceja
y ceja visitar diferentes chozas y refugios de estos riscos y desde el
aparcamiento de Cancho Cochino ya hizo el trazado de la ruta: encontrar la
choza Kindelán, buscar un refugio de antiguos escaladores y llegar hasta la
Majada de Quila, todo esto siguiendo la ruta 238 de AC con variantes y sólo a
la ida. La vuelta la hicimos por el collado Cabrón. Al final, nos juntamos seis
marchosos, Jero, Miguel Ángel, José Luis, Fernando, Juan Ángel y el Paco. No
está nada mal para ser la primera excursión del año.
Al principio,
buscando la choza Kindelán, el Paco se retrasó bastante del grupo, no
encontrando nada de nada (¿es que ha desaparecido?) y luego se reencontró con
los demás para tomar los panchitos en un alto, al lado de un arroyito, subiendo
hacia los Cuatro Caminos. Ya en este cruce encontramos una pareja que venía
preguntando por el desvío hacia el puente de los Poyos y le dijimos que ya se
lo habían pasado, así es que comenzaron a deshacer el camino hecho. Desde aquí
iniciamos la búsqueda de la cabaña de los escaladores con Paco y JA al frente
que son los que “conocen” el camino; al cabo de un rato, sin encontrar la
cabaña, los dos decidieron volver, pero no por el camino ya andado, sino
pegados a la base de las rocas hasta que llegaron al lugar buscado y, ¡oh,
sorpresa!, sólo había una oquedad y la
roca que hacía de techo estaba renegrida del humo de muchas lumbres. Todo el
mobiliario que antes había (mesas, cocina, estufa, utensilios de cocina y
fuego, pizarra, lápices,…) ya no existía, ni siquiera la puerta de entrada de
madera ni un pequeño murete hecho con piedras sobrepuestas, que cerraba el
refugio. ¡Qué desilusión, qué destrozo!
Continuamos
hacia la Majada de Quila y la encontramos pronto, pero, al igual que la
anterior cabaña, ya no existía nada, sino simplemente la forma de las rocas en
plan triangular y restos de un pequeño muro que rodeaba la entrada. Total, otra
desilusión.
Si el objetivo
de esta excursión era ver las cabañas de Kindelán, de los alpinistas y de
Quila, no cumplimos ninguno, pues sólo encontramos formaciones de rocas en
forma de cuevitas, pero no refugios en activo. De todas formas disfrutamos de
un buen día, y, como siempre, de las vistas, de las charletas, del vinillo, y
del mejor restaurante que es el monte.
Al regresar,
encontramos una plancha de hielo que tuvimos que vadearla. Y sin más
incidencias y bajando a toda leche, llegamos a los coches que seguían en el
mismo sitio que los dejamos (¿?).
Paco
1 comentario:
Aunque la marcha ya se había hecho otras veces, salvo el tramo de la búsqueda del Chalet, no por eso deja de ser reconfortante ir a la Pedriza. Siempre hay algo nuevo que fotografiar o que observar. La siguiente vez que vayamos con intención de encontrar la choza Kindelan , llevaremos marcada su posición en el GPS para ir sin titubeos, aunque es probable que nos llevemos otra desilusión.
M.A
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