GARGANTA DE LOS MONTES -- CANENCIA
02-02-2022
Cinco fuimos los marchosos que en un soleado y caluroso 2 de febrero nos dimos cita en Garganta de los Montes para hacer un inédita marcha que nos daría alguna sorpresa : Jero, Juan Ángel, Wolfgang, José Manuel (la nueva adquisición ) y M.Ángel (el que escribe).
La primera sorpresa fue que habían cerrado el prado donde decían que antes se aparcaba, así que tuvimos que dejar el coche en la carretera pero a muy pocos metros del inicio. Comenzamos la marcha y debido a problemas de tráfico José Manuel llegó algo mas tarde, pero no tardó en alcanzarnos.
Comenzamos andando por una ancha pista llamada Camino de la Nava con la intención de ir a la Ermita Nuestra Sra de los Prados que está a 1,5 Km.
En el camino, bordeado por granjas, vimos un simpático burrito.
Llegamos a la Ermita, que está situada en un hermoso prado con un montón de bancos, y se la ve muy cuidada.
Nuestra Sra de los Prados |
Desde allí nos dirigimos a ver la Laguna de los Lindes, que es una presa sobre el arroyo Sordalinde.
Garganta al fondo |
Nos sorprendió por su tamaño y porque la superficie estaba totalmenete helada, pudimos comprobarlo al pasar por encima de la presa y tocar el hielo con los bastones. En primavera con todo en flor y los árboles brotados tiene que estar preciosa.
Laguna de los Lindes |
Hay que decir que aunque la marcha estuvo bien y las vistas son inmejorables, en primavera es cuando debe disfrutarse más con todos los robles con hojas y los campos cubiertos de flores.
A partir de aquí se toma el camimno PR-29 o camino de Garganta a Canencia que ya no dejaríamos en continua ascensión hasta el descansadero de Sesgordo.
El calor ya comenzaba a apretar en un día con temperaturas altísimas para la época .
El camino dejó de ser una pista para convertirse en una senda verde que todavía se podía seguir bien.
Vistas desde la subida |
Cruzamos por el borde de un pinar siendo estos árboles y el robledal que hay al finalizar la marcha bajando a Garganta las únicas zonas arboladas que se atraviesan.
Saliendo del pinar |
Después de llegar al descansadero de Sesgordo (el camino era también una vía pecuaria) y después de cruzar el arroyo de Sordalinde, la senda se estrecha, a veces se pierde y hay que ir con cuidado siguiendo la track y procurando no pincharse con las zarzas. Se va subiendo y bajando, cruzando arroyos que todavía llevan agua y cursos de agua que están helados.
A punto de dar el gran salto |
Cuando llegamos al arroyo Peña Ahorcada dimos un descanso para tomar los frutos secos.
La hora de los kikos |
Continuamos así hasta cruzar el arroyo Orbiduero a partir del cual fue todo cuesta arriba hasta llegar a culminar en una especie de prado detrás de una cancela.
Casi en la cima |
En esta subida ya no había rastro de senda, pero tampoco había dificultades como zarzas o jara y llegamos a la cancela a partir de la cual el camino ya estaba visible.
Lo mas alto |
Después de continuar un poco por el prado llegamos a una pista que en bajada continua nos condujo hasta el helipuerto de Canencia.
Bajando a Canencia |
En el camino vimos abajo una presa en el arroyo Matallana también helada
Presa helada |
Juan Ángel nos señaló bajando, en el monte a nuestra izquierda, una bonita cascada que puede ser objeto de otra marcha.
Un poco más abajo comenzamos a ver Canencia
Canencia |
Antes de llegar al helipuerto y como el edificio donde comieron los que publicaron la track estaba cerrado con vallas, nos pusimos a comer debajo de un cedro en lo que debió ser un campamento, pues había una piscina abandonada y restos de barracones.
Hora de la comida |
Helipuerto |
Después de comer vino lo peor, pues tuvimos que subir unos 100 metros de desnivel hasta que comenzó la bajada a Garganta a través de un robledal.
Vistas subiendo desde Canencia |
Vacas en la subida |
Bajando a Garganta |
Llegamos sin novedad a los coches practicamente juntos y a las 4 de la tarde, hora del máximo calor.
Creo que vale la pena hace estas excursiones inéditas. Valdría la pena buscar en Wikiloc alguna ruta para poder ir a la cascada que vimos a lo lejos.
Miguel Ángel Lázaro