jueves, 12 de febrero de 2015

Pico Cabreruela 11 febrero 2015




Hubo sorpresa en la votación, esta vez la excursión que el pueblo votó era la más dura, se inclinaban por subir al Pico Cabreruela , al que ya habíamos visitado en marzo del año pasado. Votaron bien, es una excursión un poco dura para nuestra fauna ( aprox. 700 ascenso/descenso), pero transcurre en un entorno tan espectacular que bien vale la pena olvidarse de los esfuerzos y gozar. 

La mañana se presentaba sin viento y no muy fría. No parecía que fuera a llover y no había rastros de nieve en todo el recorrido, especialmente en el vértice geodésico de Cabreruela.
El camino era conocido y se podía uno dedicar a dejar vagar la imaginación hacia futuras excursiones que nunca haría, e imaginarse un sendero imposible (para nosotros, claro) por la bellísima cuerda que se divisaba y en la que uno podía admirar el Risco del Águila.

Tomamos los panchitos un poco antes de atacar la senda de las Cabreras que nos llevaría directamente al pico Cabreruela, en una elevación que nos permitió adivinar por donde discurría el Cofio hacia la puente Mocha.

 Charla, tragos a la bota del "botero mayor del reino" ( Paco decía "es un crianza de Ribera del Duero y las peñas repetían : qué rico, qué rico"). Se hizo la foto, el que escribe no aparece en ella, pero ya aparecerá ( vanidad!).

Subimos al geodésico  y la vista que se divisaba pagaba con creces el esfuerzo. Por allí,  un "pequeño elfo" gozaba añadiendo un geocach más a su colección,



 el que escribe lo sorprendió y le pidió que le sacara también a él una foto con el refugio al fondo.


Bajamos, no le dijimos nada del geocach al resto, ya que últimamente tienen muy vigilado al "elfo" y volvimos a ponernos en marcha para encontrar un sitio adecuado para comer.

Seguimos un camino idéntico al del año pasado para bajar (descolgarse!) al forestal que nos conduciría de nuevo a Valdemaqueda, y al llegar a él,  y en la zona en la que paramos a comer, se encontraban dos hombres recolectando piñas, por lo visto las venden a una fábrica que se dedica a sacarle los piñones.Los pinares, parece que ya no producen tanto como hace unos años, y también se ven con frecuencia abandonados los tiestos de barro que se utilizaban para recoger la resina, y que hoy ya no se apoyan en los troncos de los pinos. 

Ya no quedaba mucho para terminar la marcha de 12.5 km, pero aún había que bajar por una fuerte pendiente que las nevadas pasadas habían convertido en un suelo blando y arenoso en el que podríamos resbalar.

Finalmente llegamos a los coches contentos de la buena excursión que habíamos hecho y nos despedimos hasta el próximo miércoles.

Chicho