jueves, 22 de noviembre de 2018

El Valle de la Angostura 21/11/2018







         Asistentes: Chicho, JL, Juan Angel, Juanma, Miguel, MA, Paco y yo

Quedamos a las 11:00 en el parking de la Isla, en la carretera de Rasca fría al Puerto de Cotos. Esta vez no hubo despiste. El tiempo era frío y se esperaba lluvia, pero cuando empezamos a andar el cielo estaba bastante claro.

Empezamos a subir por la orilla izquierda del ya denominado río Lozoya. Al poco tiempo echamos de menos a Chicho y a Miguel, y pensamos que vendrían más despacio.  Pasamos por el embalse de la presa de Pradillo,


cruzamos un pequeño puente sobre el arroyo de Peñalara, donde se une al río.

Al llegar al puente de Los Hoyones (12:30), nos paramos a tomar los “panchitos” acompañados del buen vino que nuestro sumiller  nos trajo (Paco) y a esperar a nuestros compañeros que no llegaban. Cuando ya casi habíamos terminado, aparecieron por la orilla derecha del ahora denominado arroyo de  la Angostura por el puente; en cierto punto decidieron tomar un camino alternativo, cruzaron el arroyo por el puente de la Angostura siguiendo al track bajado de wikiloc, y siguieron por el camino de la orilla derecha del arroyo.




Una vez todos juntos y reconfortados con el buen vino, continuamos el camino por la misma orilla izquierda  del arroyo, siguiendo el track. En un punto había que cruzar el arroyo para subir por la orilla derecha has llega al punto en el que se le une el arroyo Guarramilla, donde volveríamos a cruzar el arroyo para volver por la orilla derecha.  Antes la imposibilidad de cruzar el arroyo por lo crecido que iba, decidimos volver y llegar a la unión del Guarramilla al Angostura., por la orilla derecha y volver.



Al poco rato comenzó a llover y JL y JA se dieron la vuelta y resto continuamos; como seguía lloviendo y el resto de la marcha era llegar al punto donde el Guarramilla se une al Angostura y volver por el mismo camino, decidimos volver. Alcanzamos a JL y a JA, cruzamos el arroyo por el puente de los Hoyones y seguimos hasta el puente de la Angostura, done asentamos nuestras reales posaderas para comer los bocatas acompañado del buen vino y, sobre todo, las diferentes variedades de chocolates.

El campo estaba precioso, con el contraste del color verde de los pinos y los abetos y el amarillo y marrón de los robles y otras especias. Todos los arroyos que cruzamos y que desembocaban en la Angostura iban cargadísimos de agua, pero  gracias a los puentes de madera lo pudimos cruzar sin ninguna dificultad.



Una vez repuesta las fuerzas emprendimos el camino hacia la Isla; la temperatura había bajado bastante y se notaba el frío. Una vez en la isla, cruzamos el río y llegamos al parking, donde nos cambiamos y nos despedimos hasta el próximo miércoles.

Jerónimo  Limón