Faltaron a la excursión tres marchosos
por diversas causas, así que nos presentamos por el sur Paco,Wolfi y JP, los
otros eran MA, CH y Jero. Habíamos quedado y comenzamos en el Puente del
Vadillo que se encuentra en la carretera a Canencia desde Miraflores kms12.
Dejamos los coches en la entrada de un forestal con valla de los de utilización en el mantenimiento del bosque. Cruzamos una pequeña cancela y a continuación había que vadear el arroyo del arroyo Sestil de Maíllo, pero no encontramos lugar para cruzar dado que llevaba bastante agua y había bastante correntía. Esto nos obligó a cambiar la dirección del recorrido pues pensamos que al final de la marcha podríamos cruzarlo descalzándonos o a lo mejor encontrar bajando una mejor zona.
Nos adentramos pues en el bosque todo de pino silvestre muy hermoso porque las laderas norte siempre tienen un plus. Subiendo por el forestal una pendiente suave desde donde habíamos dejado los coches que en una hora nos permitió llegar a encontrar el arroyo Sestil por una zona llana fácil de cruzar. Allí tomamos los panchitos y bebimos por primera vez el vino de Utiel que había seleccionado Paco.
Dejamos los coches en la entrada de un forestal con valla de los de utilización en el mantenimiento del bosque. Cruzamos una pequeña cancela y a continuación había que vadear el arroyo del arroyo Sestil de Maíllo, pero no encontramos lugar para cruzar dado que llevaba bastante agua y había bastante correntía. Esto nos obligó a cambiar la dirección del recorrido pues pensamos que al final de la marcha podríamos cruzarlo descalzándonos o a lo mejor encontrar bajando una mejor zona.
Nos adentramos pues en el bosque todo de pino silvestre muy hermoso porque las laderas norte siempre tienen un plus. Subiendo por el forestal una pendiente suave desde donde habíamos dejado los coches que en una hora nos permitió llegar a encontrar el arroyo Sestil por una zona llana fácil de cruzar. Allí tomamos los panchitos y bebimos por primera vez el vino de Utiel que había seleccionado Paco.
Vino después el tramo muy bonito del sendero
que recorre el arroyo hasta llegar a la Chorrera de Mojonavalle. El arroyo que
iba cargado por las recientes lluvias y el sol que alumbraba ese recorrido
crearon un ambiente mágico que disfrutamos a tope. Al llegar a la chorrera nos
quedamos a contemplarla y viendo un montón de carámbanos que colgaban de las
zonas donde la corriente es escasa, que le daban una estética superior, hicimos
fotos a tope.
Cogimos el sendero que te lleva desde la
chorrera superando el desnivel de unos 60-70 ms y que aunque está sembrado de
abedules (que no se pudieron exhibir porque deshojados no es lo mismo) hasta el
refugio del Hornillo. Allí nos cruzamos
con los únicos senderistas que vimos en todo el recorrido, obvio jubilados o
pre. Alcanzamos el camino PR-10 que une los puertos de Canencia y Morcuera,
pasamos por los abetos Douglas que Paco dice que si frotas las hojas huelen a
naranja. Así llegamos a la zona de recreo del puerto de Canencia y nos pusimos
a comer en ella dado que eran las 14hs y había unas mesas que invitaban a
utilizarlas.
En menos de media hora terminamos de
comer porque te quedabas helado, aunque con ayuda del vino de Paco y el aguardiente
de ciruela de Wolfi pudimos sobreponernos.Saliendo del puerto en dirección Norte
cogimos el llamado Camino de Miraflores vía ancha que bajaba lentamente a
través de bosques de hermosos pinos y que te permitía la charla. Yo la tuve con
Jero que me contó parte de su vida pero que obviamente no puedo desvelar aquí..
Hicimos un pequeño desvío para
contemplar unas vistas de la Cuerda Larga que estaba en su cumbres bastante
nevadas. Tomamos una senda que recorría toda la ladera oeste en una misma curva
de nivel y que fue una delicia por el entorno y el tipo de recorrido que hacía.
Después pillamos un cortafuegos en gran pendiente para bajar parte de los 150 o
200ms de desnivel que debíamos hacer para llegar al río y la carretera.
Finalmente nos quedaba atravesar el arroyo Maillo ya en zona bastante plana y lo hicimos por las piedras que había o bien algunos que no se fiaban de ellas descalzándose.
Finalmente nos quedaba atravesar el arroyo Maillo ya en zona bastante plana y lo hicimos por las piedras que había o bien algunos que no se fiaban de ellas descalzándose.
Llegamos a los coches y nos despedimos. A algunos todavía nos quedaba tomar el café y lo hicimos en Miraflores.