viernes, 31 de enero de 2020

A las Cascadas de Mojonavalle subiendo por Los Altares y Puerto de Canencia y vuelta al Km12,














 Una asequible y variada ruta para que permite visitar una de esas bonitas cascadas perdidas por la Sierra de Guadarrama, llamada Mojonavalle, a la que se puede acceder fácilmente desde el puerto de Canencia y después patear las Peñas de Los Altares.

Faltaron a la excursión tres marchosos por diversas causas, así que nos presentamos por el sur Paco,Wolfi y JP, los otros eran MA, CH y Jero. Habíamos quedado y comenzamos en el Puente del Vadillo que se encuentra en la carretera a Canencia desde Miraflores kms12.
Dejamos los coches en la entrada de un forestal con valla de los de utilización en el mantenimiento del bosque. Cruzamos una pequeña cancela y a continuación había que vadear el arroyo del arroyo Sestil de Maíllo, pero no encontramos lugar para cruzar dado que llevaba bastante agua y había bastante correntía. Esto nos obligó a cambiar la dirección del recorrido pues pensamos que al final de la marcha podríamos cruzarlo descalzándonos o a lo mejor encontrar bajando una mejor zona.
Nos adentramos pues en el bosque todo de pino silvestre muy hermoso porque las laderas norte siempre tienen un plus. Subiendo por el forestal una pendiente suave desde donde habíamos dejado los coches que en una hora nos permitió llegar a encontrar el arroyo Sestil por una zona llana fácil de cruzar. Allí tomamos los panchitos y bebimos por primera vez el vino de Utiel que había seleccionado Paco.

Vino después el tramo muy bonito del sendero que recorre el arroyo hasta llegar a la Chorrera de Mojonavalle. El arroyo que iba cargado por las recientes lluvias y el sol que alumbraba ese recorrido crearon un ambiente mágico que disfrutamos a tope. Al llegar a la chorrera nos quedamos a contemplarla y viendo un montón de carámbanos que colgaban de las zonas donde la corriente es escasa, que le daban una estética superior, hicimos fotos a tope.

Cogimos el sendero que te lleva desde la chorrera superando el desnivel de unos 60-70 ms y que aunque está sembrado de abedules (que no se pudieron exhibir porque deshojados no es lo mismo) hasta el refugio del Hornillo.  Allí nos cruzamos con los únicos senderistas que vimos en todo el recorrido, obvio jubilados o pre. Alcanzamos el camino PR-10 que une los puertos de Canencia y Morcuera, pasamos por los abetos Douglas que Paco dice que si frotas las hojas huelen a naranja. Así llegamos a la zona de recreo del puerto de Canencia y nos pusimos a comer en ella dado que eran las 14hs y había unas mesas que invitaban a utilizarlas.

En menos de media hora terminamos de comer porque te quedabas helado, aunque con ayuda del vino de Paco y el aguardiente de ciruela de Wolfi pudimos sobreponernos.Saliendo del puerto en dirección Norte cogimos el llamado Camino de Miraflores vía ancha que bajaba lentamente a través de bosques de hermosos pinos y que te permitía la charla. Yo la tuve con Jero que me contó parte de su vida pero que obviamente no puedo desvelar aquí..

Hicimos un pequeño desvío para contemplar unas vistas de la Cuerda Larga que estaba en su cumbres bastante nevadas. Tomamos una senda que recorría toda la ladera oeste en una misma curva de nivel y que fue una delicia por el entorno y el tipo de recorrido que hacía. Después pillamos un cortafuegos en gran pendiente para bajar parte de los 150 o 200ms de desnivel que debíamos hacer para llegar al río y la carretera.

 Finalmente nos quedaba atravesar el arroyo Maillo ya en zona bastante plana y lo hicimos por las piedras que había o bien algunos que no se fiaban de ellas descalzándose.




Llegamos a los coches y nos despedimos. A algunos todavía nos quedaba tomar el café y lo hicimos en Miraflores.