domingo, 5 de diciembre de 2021

CANTILES DE RIVAS 01-12-2021

 

01/12/2021

LOS CORTADOS DE “EL PIUL”

Lagunas de Velilla

              Después de un mes de retraso, me toca proponer a mí, Paco. Como tengo ganas de montarme en el Yelmo de la Pedriza, de las tres salidas que solemos proponer, yo puse el Yelmo en primer lugar y luego dos que son de chicha y nabo, para asociaciones de vecinos o primerizos aficionados, para así, que me votaran el Yelmo. Pues no conseguí mi propósito y por eso esta semana hemos salido a hacer esta excursioncita de “Los cortados de El Piul”. Los marchosos ya la habíamos hecho el 20/12/2000, integrando el grupo otras personas. ¡Viejos tiempos! Buenos recuerdos.

              Al final, nos hemos juntado cinco esforzados montañeros, Miguel Ángel, José Luis, Jero, Wolfgang y yo. Hoy es el cumple de Miguel, y por eso no viene. Juan Ángel tampoco puede venir por un esguince que se ha hecho; así, a lo tonto.

              Bueno, pues iniciamos la marchita por un ancho camino que discurre paralelo a los cortados sobre el río Jarama. Las vistas son espectaculares.

Laguna El Campillo

Puente verde

  Enseguida vemos la laguna del Campillo, las vías del tren de Arganda, el puente de hierro sobre el río y también impresionantes moles de tierra que dejan rendijas entre unas y otras y hacen vericuetos de pequeñas elevaciones sobre el terreno.

Chineneas pétreas

  De vez en cuando nos salimos del camino trazado y elegimos otros más pequeños que se aproximan más a los acantilados. El paisaje es de matorral bajo encontrando bellotas y castañas a la altura de las manos. Pasamos cerca de unos cañaverales y me indica M.A. que hay cañas que son cicuta (altamente venenosa), pero lo que predomina es el esparto, que ya no se explota porque no resulta rentable, al introducir las fibras de plástico que son más baratas.  El desnivel es pequeño pero vamos subiendo y bajando casi constantemente. 




 

              Nos paramos a tomar los panchitos, en una afloración de pequeñas rocas y a regarlos con el vino que llevo en la bota, un rioja joven.

Hora de los panchitos

 Vemos mucho verde en la vega del Jarama y además, nos damos cuenta de que hay algunos campos que son redondos, es decir, que las máquinas hacen los surcos en círculos. Después Jero se dio cuenta de que lo hacen así para aprovechar el riego, pues colocan de forma radial los aspersores y van dando vueltas sobre el campo.

Campos circulares

               A nuestro lado pasan ciclistas y furgonetas de mantenimiento de vez en cuando. Arribamos casi sin darnos cuenta a un hito que marca un vértice geodésico.

Vértice geodésico

  Se impone aquí hacerse una foto subidos a él. Normalmente, resulta difícil o casi imposible acceder a lo alto de estos vértices usando sólo brazos y piernas, pero éste tiene dos hierros en la parte menos visible, a modo de escalones, donde poder agarrarse, que facilitan el ascenso aunque hay que hacer un pequeño esfuerzo.

Velilla
          Tenemos una amplia vista en la que podemos distinguir Velilla, Mejorada y Arganda. Se divisa también, a lo lejos, una cementera. Una vez que hicimos unos 7 km, pudimos fijarnos en las tres lagunillas (El Raso, El Picón y El Soto) de Velilla donde se apreciaban diferentes clases de aves. Volaban milanos cerca. Creo que por aquí pasan de 150 a 200 especies distintas de aves: cormoranes, somormujos, patos, garzas,.. y también la gaviota reidora que se viene aquí a pasar el invierno desde Centroeuropa. Desde aquí, iniciamos el regreso por el mismo camino que hemos venido, aunque ahora el paisaje, al verlo al revés, parece otro. Hemos encontrado un letrero donde nos indica que este recorrido se llama Ruta de los Cantiles de 17 km de longitud.


Mirador 

               Nos detenemos a tomar el almuerzo en un estrecho sendero, fuera de la pista y M.A. propone hacer una próxima salida de las que llamamos gastronómica. Decidimos hacerla el 15 por los alrededores de Moralzarzal.  Se lo indicaremos al resto de marchosos a ver si pueden acudir a la cita, tanto para la marchita que propongamos como para la comida. De repente, y casi sin darnos cuenta, aparece una persona corriendo a lo  largo del sendero y nos pasa sin decir ni hola. Pensamos que es alguien que se está entrenando para sacar alguna oposición a bombero, a policía, al ejército,…

              Recogemos todo e iniciamos el regreso hasta los coches sin ninguna incidencia en el camino. Pudimos gozar de un atardecer espectacular. ¡Hasta pronto, compañeros! 

viernes, 3 de diciembre de 2021

ERMITA DE HAVAHONDA EL ALMOJON 24-11-2021

 

ERMITA DE NAVAHONDA-PICO ALMOJON -24/11/2021

                                 

Ermita de Navahonda


 
Desde la Ermita de Navahonda, que pertenece al municipio de Robledo de Chavela y que es una construcción de los siglos XVI/XVII, partiendo como siempre, a las once de la mañana los cinco marchosos: José Luis, Miguel Ángel, Jero, Wolfgang y yo, comenzamos nuestra andadura por la senda que une dicha Ermita con Robledo. 

Humilladero

 Al cabo de un kilómetro dejamos a nuestra derecha una pequeña construcción religiosa, el Humilladero, con poca cosa en su interior y si con algunas monedas que la gente deposita.

Continuamos ascendiendo por la senda hasta llegar al Collado de Navahonda, que separa la cuerda de la Almenara (a la izquierda) de la sierra de Navahonda donde se encuentra el pico Almojon. Desde el Collado, continuando por la senda y a poco más de kilómetro y medio, sale a mano derecha un difuso camino que sigue, al principio paralelo a la valla de la finca las Aleguillas. Este pequeño camino esta jalonado por hitos que nos subirán hasta el Almojon sin ningún tipo de perdida. Ya en la subida paramos a tomar los panchitos con cierta premura pues el tiempo acompañaba poco.

La hora de los panchitos


 

Antes de llegar al pico Jero y Wolfgang se quedaron a esperarnos, pues la bajada se hace por el mismo sitio por el que subimos (hay otra posibilidad de seguir la cuerda y bajar al Collado desde el pico Navahonda). Ya poco antes de las ultimas trepadas, también se quedó José Luis, de forma que solo Miguel Ángel y yo continuamos hasta la laja de granito, que supera su desnivel, de unos diez metros, agarrándose a una soga. Hay también otra posibilidad de subir al Geodésico por la parte derecha y haciendo unas pequeña trepadas. Miguel Ángel subió por la soga sin gran esfuerzo, pero no quiso continuar, por lo que yo no quise subir y además el tiempo empezaba a empeorar (nos cayó un poco de aguanieve e iba bajando la niebla).

Chapineria a lo lejos

Robledo a lo lejos

 Así pues, bajamos y nos reunimos todos continuando hacia el desvío que nos llevó hasta una senda que transcurre entre prados, fresnos, arces y chopos, con los colores del otoño, y que transcurre a todo lo largo por el valle de Navahonda. 

 


La dehesa a la vuelta

Por allí encontramos más de una docena de setas bastante hermosas, que en principio pensamos que eran de cardo (Pleurotus Eryngii) , pero luego resulto que se llaman setas de caña ( Peurotus Nebrodensis) igualmente comestibles.

El paseo por el valle fue muy agradable y precioso en este otoño. Después de unos tres kilómetros la senda se desvía hacia la derecha para coger, después de una pequeña y molesta subida, la senda que nos llevaría de vuelta hasta la Ermita de Navahonda donde decidimos comer debajo de su pórtico. El frio nos hizo espabilar para comer lo antes posible y poder emprender la vuelta hacia Madrid. Nos despedimos hasta el próximo miércoles con la intención de buscar un día y sitio para la gastronómica.



 

JUAN ANGEL