viernes, 25 de noviembre de 2016

Embalse del Vellón 23 noviembre 2016



La semana lucía lluviosa y fría según las predicciones metereológicas, así que se me ocurrió que podíamos quedar en Miraflores delante de mi casa y tomar allí la decisión de hacer alguna excursión por Canencia, Morcuera... y luego venir a comer bajo techo. Hubo correos proponiendo subir a Cabeza Arcón y al Cerro del Pendón, pero más correos avisaban de que había predicciones incluso de nieve a esas alturas, ante los anuncios tan lúgubres, incluso Juan Angel bajo altura y nos propuso un paseillo por las  orillas del embalse del Vellón. 

Llegó el día y Paco, JGC, JL, Jero, Miguel, Miguel Angel, Juan Angel y yo, nos vimos a las 11.15 h en la puerta prometida. Dejamos peso y nos acercamos a Guadalix de la Sierra para hacer la excursión. No empezó bien, anduvimos por carretera durante un buen rato, hasta que pudimos salir a caminos que nos acercaban a la extensa Dehesa del Quejigal, que aunque un poco sucios, con restos de todo tipo ( latas de Mahou, number one!) nos recordaba que los humanos habían construido sus nidos muy cerca de allí.



Pronto empezamos a darnos cuenta de que Juan Angel ,iba y volvía, en una búsqueda incesante de la seta de cardo que no quería aparecer. El terreno era muy bueno, pero tanta gente deprimida este año por la falta de lluvias, hacía muy difícil que pudiera encontrarse algo, dado la cantidad de buscadores que ya habían pasado por allí en otros momentos. No llovía, el día incluso era apacible y con sol, así que a medida que nos íbamos acercando a las orillas del embalse, el sendero se hacía más agradable, aunque siempre vigilados por esos letreros de "Peligro reses bravas" que aparecían en los muros que rodeaban a la dehesa. Juan Angel, seguía buscando, encontrando al final setas de cardo, champiñones, la pistonuda, pequeñas lepiotas... que desinteresadamente ofrecía al otro buscador, Paco. Al final, no fue un mal día setero : 1 kg variado. 


El embalse estaba tranquilo, bueno, casi siempre lo están, pero unos patitos hacían muy idílicas sus aguas, iban en parejitas y nos recordaban que ellos sí estaban felices. Nosotros empezábamos a tener hambre, y una llamada del buscador de geocachs (JGC)  nos recordó que él estaba en lo que se denomina Las Grutas, una zona elevada y caliza que resulta muy espectacular (ver foto), y que allí, ya no muy lejos de donde habíamos dejado los coche, nos esperaba para volver con nosotros.

Al final, nos olvidamos del mal comienzo e incluso resultó curiosa la excursión. No pudimos subir a ver las grutas, ya que era tarde y teníamos que volver a Miraflores para comer los bocatas que habíamos dejado allí.

Al entrar en la casa y empezar a poner manteles, los "niños" me sorprendieron con un regalo y postal dedicada, para mi mujer y para mí, por unos supuestos servicios prestados durante unos cuantos pasados años, en que acostumbrábamos a comer allí en el "Comienzo de Curso de los Marchosos", este año se había pospuesto la comida ("una conejada") para Final de Curso, así que, muy agradecido, me hicieron la foto, y a continuación comenzamos la pitanza.

Chicho