jueves, 3 de diciembre de 2020

EL BERRUECO - ARROYO DE SAN ROMAN 02-12-2020

ETAPA 1 DE LA SENDA GENARO (parcial): BERRUECO – ARROYO SAN ROMAN

                                                                  02-12-2020

 

 Seis fuimos los marchosos que nos juntamos en El Berrueco para hacer la marcha elegida: Miguel Sanguino, Jero, José Luis, Juan Ángel, Wolfgang y M.A Lázaro.

Diremos antes de nada que la marcha es parte de la Etapa 1 del Genaro y era la primera vez que la hacíamos. El problema de las marchas en el ámbito del GR300 es que tienen que ser lineales, pero creo que las vivencias de la marcha compensaron este inconveniente.


Esta etapa va desde El Berrueco a Patones de Arriba y no puede hacerse entera porque son 10 Km de ida y después hay que volver. Nosotros hicimos unos 14 Km en total, pero me siento satisfecho porque era la primera vez que se hacía un trayecto seguido de la senda GR300.

Comenzamos la marcha en este bien cuidado pueblo, atravesando la plaza de la Picota.Esta columna data del siglo X, aunque su uso para vergüenza y escarnio de malhechores no fue hasta el siglo XIII.

Después fuimos caminando hacia la Iglesia, por calles dónde todavía quedan restos de las típicas casas, muy bajas, de piedra y con dinteles de una sola piedra.

En el camino vimos objetos típicos con los que han adornado las calle: potro de herrar, bebederos, ruedas de molino etc.

Poco antes de la iglesia, de una de estas casas, salieron un montón de gallinas, que sin que nadie las dirigiera se encaminaron a picotear a un campo cercano. 


Llegamos a la iglesia que destaca en lo alto con el crucero de 3 cruces. La iglesia se inició del siglo XIII y tiene elementos románicos, góticos y mudéjares.

Desde la iglesia comienza la bajada al embalse, con la senda Genaro ya señalizada. Se anda un par de Kilómetros paralelamente al embalse y a la altura de una almenara del canal de YII se cruza el embalse por un puente.

A partir de aquí se empieza a subir hasta llegar a la carretera que va al Atazar.

Las vistas ya son bastante impresionantes ya al poco de subir. Se tiene una perspectiva muy curiosa del Pico de la Miel y de las Cabreras. También se ve El Berrueco, el embalse del Atazar y más lejos la sierra del Guadarrama.

Cruzamos la carretera desviándonos un poco del “Genaro” y después de unos metros de subida llegamos a la Atalaya.

 

Es una torre islámica de vigilancia de 3 plantas del siglo X muy reconstruida de forma troncocónica.

 Allí hicimos fotos y 3 valientes subieron a la terraza, hay que tener en cuenta que la entrada está en la planta de en medio y arriba hacía un viento terrible que no dejaba asomarte.

 

 

Desistimos de tomar allí los frutos secos por el viento y bajamos hacia la carretera, andando unos cientos de metros en paralelo a ella, hasta que el camino se desvía hacia la izquierda. Allí al abrigo de unas rocas y arbustos tomamos los frutos secos tomando fuerzas para acometer una fuerte subida por un cortafuegos que nos llevó a la parte más elevada del camino.

 

De allí parte una senda que de tomarla por la cuerda nos llevaría a Pico Cerugea, ya conocido por nosotros. En cambio, fuimos hacia abajo por una estrecha senda hasta cruzar otra vez la carretera y seguimos bajando hasta el final de la marcha que era el arroyo San Román. 


 

 

Si hubiéramos seguido avanzando subiendo unos 300 metros, habríamos dado al camino que tomamos en la vuelta a Patones desde el Pico Cerugea en marzo de 2018.

 Durante todo el camino la vegetación es monte bajo y arbustos: enebros, jara y romero (ahora en flor). Solamente se veía rota la monotonía de la vegetación por una urbanización con casas diseminadas en un monte, que no supimos precisar.


 

También vimos un par de milanos y un gazapo.

Lo más predominante de la marcha ha sido el viento, que salvo en la primera parte del camino de vuelta hasta el cortafuegos, nos ha molestado con insistencia.

A la vuelta ya no hemos pasado por la Atalaya y nos paramos a comer en un refugio que hay bajando ya al embalse. Gracias a esto hemos podido tener una comida en condiciones sentados en unos bancos de piedra alrededor de una mesa y sin viento.

No faltó turrón, ni chocolates, ni aguardiente. El vino era un roble de Tielmes (vinos de Madrid).

Ya cerca del pueblo en vez de subir por la iglesia subimos por un camino que sube a la carretera y ya cerca de esta, han aprovechado un arroyo y las rocas para crear una curiosa área recreativa.

Ya en el aparcamiento nos invitó Miguel por su 70 cumpleaños, estuvimos afuera en el bar de las piscinas y desde aquí felicitamos a Miguel y agradecemos su invitación.  

En fin, un buen y ventoso día.


 

 

 


 

M.A. Lázaro