jueves, 24 de octubre de 2019

La Fuente del Cura-La Fuente del Rey y una vuelta aleatoria 23.10.2019

El "pequeñito" soy yo (Jero)


         Asistentes: Chicho, Juan Angel, JL, Miguel y yo

 Las propuestas hechas por mí :

1.     La Maliciosa desde la Barranca, de 11,66 km. de larga y 895 m. de desnivel.



     2. Peñalara- Claveles, de 13,27 km. de larga y 737 m. de desnivel.


3.    Loma del Noruego, de 14,96 km. de larga y 831 m. de desnivel.




fueron cambiadas por esta marcha y un final gastronómico, ya que el tiempo era lluvioso y frío para andar por las cumbres.

Aquí estamos, Jero con la máquina fotográfica

Dejamos los coches en el aparcamiento de la Fuente del Cura. El cielo estaba completamente cubierto, pero en ese momento no llovía. Comenzamos subiendo hasta una altiplanicie que con la bruma parecía sacada de una película; seguimos subiendo y una vez pasada la Fuente del Rey y llegado a una pista, paramos (ya era las 12:30) y tomamos los “panchitos” enjuagado con un Rivera del Duero (Protos del 2013).

Después de reponer fuerzas y descansar un poco seguimos por la pista ya bajando.. Bastante después de cruzar el arroyo de San Blas, abandonamos la pista para coger un camino que nos conduciría a la Casa Forestal para volver a la Fuente del Cura, pero al llegar al arroyo de los Eriales,


El trazo violeta es el que deberíamos haber seguido de vuelta a la Casa Forestal. El rojo el seguido.


no sé por qué, ya que ibamos en la buena dirección siguiendo el track, dimos la vuelta y empezamos a bajar campo a través junto al arroyo por un terreno mojado, con ramas mojadas y hierbas mojadas




con mucha precaución por temor a resbalarnos (cosa que nos pasó a mas de uno); bajando cruzamos el arroyo tres veces hasta llegar a pista que con conduciría por debajo de la Casa Forestal, que no vimos, hacia el aparcamiento donde habíamos dejado los coches. Pasamos por un prado en el que las vacas ( nosotros a las negras le llamamos toros) nos miraban un poco extrañadas.



Durante el camino  casi no llovió, pero desde que llegamos a la pista comenzó una llovizna que se fue transformando en lluvia cuando llegamos a los coches. En la pista nos encontramos a una máquina enorme solitaria que utilizaban para triturar madera y lanzarla fuera del sendero , junto a la  que Chicho se quiso inmortalizar, para señalar esa rueda gigante y darnos una idea de su tamaño o de lo bajito que es él.



Una vez motorizados nos fuimos al pueblo de Miraflores y comimos en el restaurante de El Maño que está cerca de la plaza del pueblo un menú de 10€.



Jerónimo  Limón