jueves, 12 de noviembre de 2015

EL ALCORNOCAL DE LA DEHESA VIEJA 11-11-2015





En el día del soltero en China, nos juntamos 6 marchosos en la columna llamada “picota” del Berrueco para hacer la marcha elegida: El Alcornocal de la Dehesa Vieja. Éramos Chicho, Jesús García, Jero, Juan Ángel , Paco y Miguel Ángel que escribe la crónica.

Lo más característico del día fue el buen tiempo, quizás excesivo calor para Noviembre, que hizo que hiciéramos  la marcha en camiseta.

Al poco de empezar la marcha por la pista que coincide al principio con la ruta de Dehesa Boyal, vimos 2 simpáticos burritos que tenían algo de miedo de la gente.

Esta marcha se hizo en 2008 y 2013 y están descritas en esas crónicas los problemas y dificultades que tiene. Con la experiencia acumulada creo que salvamos bastante bien estos escollos. La primera es atravesar el arroyo de San Vicente de forma que se pueda coger el camino del canal desde arriba. Para ello Chicho ya tenía preparado un plan: abandonamos la pista hacia la izquierda poco después del punto de unión con la vuelta y dando un rodeo llegamos al punto en que con una difícil pero corta bajada, atravesamos el arroyo y cogimos el camino del canal.

 El canal es el que viene de  la presa del Villar y va atravesando viaductos y una especie de acequias de hormigón en perpendicular probablemente para que los arroyos no deterioren el techo del canal. También había una numeración R-NN que no eran puestos de cazadores según dijo Chicho, sino registros del Canal. También tuvimos que atravesar vallas a lo largo de todo el recorrido, no nos gusta atravesar vallas sin puertas para el ganado, pero no había otra manera.

Atravesamos almenaras y casillas y tomamos los panchitos después de coronar una cuesta.

La vegetación del recorrido lo hace bastante ameno, no hay pinos, pero si todo tipo de arbustos y árboles de monte mediterráneo: jara, mejorana, robles, encinas, enebros, retama y por supuesto alcornoques. La marcha, a pesar de algún trozo difícil, se hace entretenida, quizás por ir por estrechas sendas casi abandonadas.

Al final del camino del Canal comenzamos a ver los famosos alcornoques que fueron ampliamente fotografiados.
El segundo punto de dificultad era saber cuándo se abandona el camino del canal para cruzar otra vez el arroyo San Vicente y emprender el regreso sin ir hasta La Atalaya. Esto no tuvo problema, pues seguimos el camino que se hizo en 2013 y después de una gran bajada cruzamos el arroyo y avanzamos por la pradera hasta cruzar el arroyo Peñacadenas. Ahí comienza la tercera dificultad que es salvar 150 metros de desnivel entre zarzas y jara, sin camino visible. Lo hicimos siguiendo los pasos del 2013 hasta coronar “Cabeza del Carro” y ya se encuentra una  senda que va siguiendo vallas y paredes.
Un poco después de  coronar buscamos un sitio para comer, donde dimos buena cuenta del vino que trae Paco y cómo  siempre a final de  chocolates y aguardiente. Se dio incluso casi media hora de reposo, aunque no hubo tertulia. Algunos aprovecharon para tumbarse cómo si estuvieran cansados.

Hubo después otra bajada, se atravesó el arroyo de La Huerta y después de otra subida donde había otros 5 simpáticos burritos, llegamos a la pista de ida. Al llegar al pueblo tomamos un refresco en el bar de la piscina, donde había un loro que no paraba de emitir molestos silbidos.

Cogimos alguna lepiota y seta de cardo que Juan Ángel y Paco tuvieron la amabilidad de darme. Sin más novedad iniciamos el regreso.


M.A


martes, 10 de noviembre de 2015

La Sillada de Garcisancho 4 noviembre 2015



Asistentes: Chicho, Miguel, Paco, Juan Angel, Miguel Angel y yo


Dejamos los coches cerca del punto de partida, el mirador de Robledos. El tiempo estaba nublado, con una niebla soportable.


Una vez pasada una barrera, seguimos por una pista que asciende continuamente hasta la cima de Cabeza Mediana, donde tomamos los “panchitos”con el buen vino que nos aporta nuestro especialista. Durante la subida hemos dejado a nuestra izquierda una pequeña laguna nutrida por una fuente en la que se reflejaba los arboles y matorrales.


Después del descanso, bajamos por una senda para subir una fuerte cuesta que nos conduce a la Sillada de Garcisancho, donde se cruzan varios caminos y pistas. Nosotros volvimos por el GR-10.1 que baja paralelo a un arroyo, y posteriormente se cruza con una pista que nos conduce al Mirador de Robledos.


Los “seteros” intentaron recolectar su parte, pero no había mucha materia prima: algunos níscalos y mas lepiotas, pues aun no había llovido mucho y el sol no había calentado lo suficiente.


Como el tiempo preveía lluvia y en último tramo caía un “chirimiri”, decidimos no parar y comer en Rascafría, con cierta oposición de algunos. Buscamos el restaurante Casa Conchi, que nos habían recomendado, pero estaba cerrado, así que nos fuimos a otro que está en la misma carretera.





Jerónimo Limón