CANENCIA - CASCADA DE ROVELLANOS - ALTARES
20-04-2022
Pero comencemos por los
antecedentes. Las previsiones del tiempo no eran nada halagüeñas: hablaban de
lluvia, nieve y fuerte viento; aun así, decidimos seguir con la marcha. También
nos enteramos por la mañana que en la sierra había nevado. Lo que no
esperábamos es tanta nieve en el camino que nos acompañó en cuanto empezando a
ascender desde Canencia. Sin embargo, tuvimos suerte de que prácticamente no
lloviera ni nevara en el camino y el viento fue soportable, así como la baja
temperatura.
Nos juntamos seis marchosos en el
pueblo de Canencia: José Manuel, José Luis, Miguel Sanguino, Wolfgang, Jero y
Miguel Ángel que es el que escribe la crónica.
Comenzamos a andar por el camino
PR-29 y al poco cruzamos el puente del arroyo Matallana, del cual veríamos después
su presa y la cascada.
Puente sobre el arroyo Matallana |
Nada más pasar el arroyo comenzamos a subir por una senda donde cada vez la nieve se iba haciendo más espesa.
Camino de la presa |
Anduvimos un poco por la pista que venía de Garganta y bajamos hacia el arroyo
para atravesar la presa.
Presa del batán |
Atravesada la presa, encontramos la senda de subida a las cascadas, muy pronunciada, pero a pesar de la nieve se podía entrever.
Subida a la Cascada |
Llegamos por fin a la Cascada que estaba pletórica de agua, aunque no nos acercamos por lo peligroso que pudiera ser.
Cascada de Rovellanos |
Antes y nada más remontar la cascada, tomamos los frutos secos.
La hora del descanso |
Después de los frutos secos fueron 2 Km de subida continua, campo a través y con nieve que a veces llegaba a la rodilla. A veces una pisada en falso hacía que nos cayéramos, creo que nadie se libró de alguna caída. Menos mal que eran en blando.
Dura subida después de la cascada |
Al final después de mucho esfuerzo llegamos a la pista, que hemos cogido otras veces y que lleva a Collado abierto. La recorrimos en el otro sentido hasta torcer a la derecha por un cortafuegos que nos llevó al camino de Miraflores.
El abuelo de Heidi |
Esta parte fue relativamente llana y aunque no se veían los caminos el saber que estabas pisando encima de una pista daba cierta seguridad.
Anduvimos un trecho por el camino de Miraflores, dejamos a la izquierda los Altares y comenzamos a bajar hacia Canencia.
Bajando a Canencia |
Hay que decir que el camino en su parte final está en un mal estado, con paredes, alambradas, arbustos que cortan el paso y a veces hasta se pierde.
La idea que teníamos para la comida, era comer en un área recreativa que hay junto a la Ermita del Cristo al lado de los coches. Por eso la mayoría se dejó la comida en el coche.
Con la dificultad de la subida, se hizo muy tarde y decidimos compartir entre todos lo que traíamos . Damos las gracias a Jero y José Manuel que fueron muy generosos compartiendo la comida que si habían traído.
Después de reponer fuerzas, en una hora llegamos a los coches y José Luis nos invitó de forma adelantada por su cumpleaños en el bar de la Plaza.
También se lo agradecemos y le felicitamos.
La marcha no fue larga a pesar de las penalidades, 9,5 Km y 531 m de desnivel.
Tenemos que felicitarnos por la marcha en condiciones que multiplican la dificultad por la nieve y con especial mención a Jero a punto de cumplir 80 años.
M.A Lázaro