La fecha de esta excursión coincidía con el cumpleaños de Fernándo, nada menos que 80 años, con lo que nos había invitado a comer para celebrarlo. La tropa marchosa anda un poco desperdigada, con lo que sólo 4 nos habíamos comprometido a esta excursión, así que juiciosamente hemos pospuesto para la próxima semana su celebración.
Fuimos hacia el geodésico de El Espartal subiendo por el cortafuegos de los Altos del Hontanar que separa el Valle del Lozoya del de Canencia. Al llegar empezó a llover ligeramente y nos refugiamos debajo de unos pinos a comer los "panchitos". Allí los que fueron profesores nos hablaron de los sustos que pasaron en alguna de las excursiones que hicieron con sus alumnos. La conversación surgió porque hacía un rato, al pasar por el Refugio de la Morcuera, vimos 3 o 4 autobuses que habían descargado su alegre carga. Posiblemente ellos se dispusieran a bajar a ver la Cascada del Purgatorio.
El pinar que baja hasta la majada estaba desconocido, había yerba muy verde en la que se podía ver las gotas de agua de la noche anterior, por lo que muy juiciosamente no quisimos recorrerlo, cómo habíamos hecho en las otras ocasiones, y volvimos sobre nuestros pasos para coger un camino ancho que iba a desembocar muy cerca ya de la Majada del Cojo. Allí comimos.
El refugio está completamente remozado, techumbre nueva y pálido encalado de sus paredes, pero cerrado. Comimos en uno de sus laterales desde donde se divisaba la carretera que baja del puerto hacia Rascafría. Pinares y pinares que hacían pensar en lo mucho que nos han alegrado en nuestras excursiones.
Confesaré que habiéndose celebrado el domingo pasado las elecciones al Parlamento Europeo no hablamos nada de ellas. Cosa extraña, no sé di fue debido a que ya terminando la comida empezó a llover ligeramente y recogimos bártulos con cierta premura, o es que se necesita una asamblea mayor para discutir los resultados y sacarle punta a los números.
El camino de vuelta al puerto, tranquilo y sin mucho esfuerzo, nos devolvió a donde tenía el coche Miguel, y desde allí bajamos a tomar un café a Miraflores.
Chicho