El día 20 de abril se presentaba
gris y lluvioso, por lo que todo apuntaba a que haríamos una gastronómica más
después de dar un corto paseíto, pero finalmente no fue así.
Nos reunimos Jero, Chicho, JL,
MA, JG, Paco, JA y M en La Acebeda a las 11 h. y, después de admirar el coche
nuevo de JG, nada menos que un Toyota Auris Hibryd de última generación,
comenzamos la marcha por un paisaje muy bonito entre enebros (no sé porque se
llama La Acebeda y no El Enebral, porque no vimos ni un solo acebo).
Como se ve perfectamente en los
perfiles que amablemente han enviado JL y Chicho, la subida no es demasiado
fuerte pero si constante, aunque el camino es bueno y está muy bien señalizado.
Continuamos nuestra marcha, acompañados de una fina lluvia que no mojaba
demasiado, hasta un abrevadero en el que tomamos los panchitos de rigor y
disfrutamos de un vino de Madrid muy bueno que había traído Paco en su bota. El
susodicho Paco nos pidió más dinero, que todos religiosamente pagamos, y
prometió traer un reserva especial para la próxima.
Más adelante, y en vista de que
persistía la fina lluvia, hacía viento y estaba muy cubierto, nos paramos a
decidir si continuábamos o no, MA y JL decidieron bajar y los demás seguimos
hasta un punto en el que había un hito que señalaba Peña Quemada.
Conseguido
nuestro objetivo, iniciamos rápidamente la bajada con la intención de comer en
el pueblo. JA y Jero metieron la directa y Paco y yo en compañía de Chicho y JG
nos entretuvimos recogiendo piedrecitas de cuarzo muy blancas que abundaban por
allí y que luego no sabes dónde poner.
Antes de llegar al pueblo nos
metimos por un sendero que se había convertido en un verdadero arroyo, comenzó
a llover ya intensamente y después de algunas dificultades, saltando cercas y evitando el agua, llegamos a los coches.
Comimos en un bar del pueblo,
unos su comida y otros un par de huevos fritos con chorizo que nos preparó la
señora mientras su marido se rascaba los ídem mirando la tele y cambiando
continuamente de canal. Desde allí nos pusimos en contacto con MA y JL que nos
esperaban en Buitrago tomando café .
Los más hombres del grupo se sacudieron sendos
latigazos de coñac y Castellana con hielo, otros tomaron un poleo, y en animada charla terminamos el
día, nos fuimos a los coches y así hasta la próxima.
Miguel