jueves, 23 de septiembre de 2010

EL CLUB DE LOS MARCHOSOS

Encontré este relato en un cajón del ordenador. Lo copio aquí para recordar viejos tiempos.

EL CLUB DE LOS MARCHOSOS

La Guardia Civil detuvo el pasado miércoles a un grupo de nueve hombres, todos prejubilados o jubilados, y a un perro en la sierra madrileña, en las inmediaciones de Peñalacabra (1.834 metros de altitud). Desde hace meses, la Benemérita, en estrecho contacto con la Policía Nacional, estaba tras la pista de este peligroso grupo que se hace llamar a sí mismo “el club de los marchosos”. En el momento de la detención, que tuvo lugar sin resistencia alguna, las nueve personas y el perro estaban comiendo en una pradera muy cerca del ya mencionado cerro. Compartían toda clase de alimentos y uno de los miembros del club repartía café con leche cuando se acercaron los guardias. No llevaban armas de fuego. Lo único que resultó sospechoso fue un libro de viajes de Egipto y algunos recortes de prensa poniendo a parir al Gobierno. Los agentes se incautaron de los teléfonos móviles, de las navajas suizas y de los bastones que usaban para apoyarse al caminar ya que sus puntas afiladas podrían haber sido usadas como armas mortales. Tras ser esposados se les hizo subir a un helicóptero sin más explicaciones. El perro tuvo que ser sedado pues empezó a ladrar, inquieto, en el momento de colocar las esposas a su dueño.

Fueron conducidos a la Dirección General de Seguridad; se les pasó a una amplia sala donde debían esperar junto a otro grupo de personas sospechosas. Era una sala rectangular de unos cuarenta metros cuadrados. En el centro había una mesa, también rectangular, y seis sillas. Junto a las paredes, seis butacas. Los retratos del Rey y del presidente del Gobierno colgaban de la pared situada al norte. El perro había despertado y estaba tendido junto a su dueño. Dos policías de uniforme permanecían de pie junto a la puerta de la sala.  Los miembros del club se miraban sin entender lo que estaba ocurriendo y preguntaron a las personas del otro grupo, también prejubilados, sin obtener ninguna aclaración. Paco se dirigió a los policías y les pidió una explicación; los demás dirigieron la mirada hacia los funcionarios esperando una respuesta que no llegaba. Al cabo de unos minutos, uno de los guardias dijo que estuvieran tranquilos que enseguida vendría la autoridad competente. JG acariciaba a Darky para que estuviera quieto. Pablo tuvo que pedir algo de comer y los demás permanecieron en silencio.

Al cabo, entró una persona sin uniforme y se sentó a la mesa. Fue nombrando a cada uno para confirmar sus datos personales y preguntó si alguien quería hacer una llamada a su familia. Todos llamaron tratando de minimizar su desasosiego pero sin poder explicar la situación. Más tarde, les  hicieron salir de uno en uno para ser interrogados en una pequeña habitación. JS pidió la presencia de un abogado y se le dijo que lo tendría, pero que ahora solo tenía que contestar a unas preguntas de rutina y que debía colaborar. A medida que eran interrogados les fueron pasando a otra sala donde, sobre una mesa, había dos termos, uno con café y otro con leche, y tazas, cucharillas y un azucarero. Preocupados,  intercambiaron la información sobre las preguntas que les habían hecho.
—¿Ha estado alguna vez en Iraq?
—¿Conoce el paradero de las armas de destrucción masiva?
—¿Sabe qué le ha pasado a Sadam Husein después de su captura?
—¿Tiene alguna cuenta bancaria en Suiza?
Las respuestas fueron negativas, excepto Cris que afirmó tener una cuenta en un banco suizo, donde le ingresan la pensión.
Acabado el interrogatorio, fueron puestos en libertad bajo palabra de no abandonar el país hasta nuevo aviso.

Al día siguiente, JP llevó en su coche a JG, a Manolo y a Paco hasta el puerto de La Puebla para que recogieran sus coches. Durante el recorrido un automóvil de color blanco los siguió. La policía sigue interrogando a grupos de prejubilados de izquierdas y a destacadas personalidades del mundo de la cultura.

Madrid, 12 de febrero de 2004
Manuel Navarro Seva       

3 comentarios:

Jesus dijo...

Después de aquel suceso, del que poco hemos hablado por esa manía de no querer recordar los malos momentos,estuve pensando que hubo algún chivatazo. A partir del incidente estuve reflexionando sobre quién y por qué. Y aunque llegué a alguna conclusión, una vez contrastada con algún compañero del grupo se me aconsejó que era mejor dejar la cuestión. No se si dado que se ha vuelto a recordar podríamos hablar de ese tema en próximo debate.

JP

PD: ¿Fue el primer relato?

Anónimo dijo...

No, el primer relato fue "Cabeza Antón", el miércoles anterior y además coincidió con mi incorporación al grupo de "Los marchosos al sol". Yo no podía sospechar entonces en donde me metía. Pero bueno, uno va por la vida tropezando con sorpresas, algunas tan agradables como esta.


Chicho

manolo dijo...

No,no, el primer relato que escribí fue "La encrucijada",el 23 de septiembre de 2003, después de mi primera marcha con el grupo por el arroyo de las Guarramillas.

Manolo.