martes, 28 de diciembre de 2010

Relato de Navidad nº 9

Catarsis en  Navidad


 Ya estaba en lo que se llama la mediana edad y seguía soltero, pero no se gustaba y  tampoco soportaba muy bien su situación. Tenía por delante una semana de vacaciones de Navidad y como siempre había alquilado la casita del lago para pasar esos días allí. Había invitado a su hermano, que llegaría en un par de horas según le había dicho, a un día de pesca.
 Estaba sentado en su sillón  y reflexionaba sobre su vida viendo como su imagen se reflejaba en el espejo encima de la chimenea. Pensaba que había estado jugando un papel en la vida que no era el que deseaba; era como si se lo hubieran impuesto desde fuera. Repasaba cómo había sido su infancia. Su hermano que había nacido unos años antes que él, creía que se le había adelantado en todo en la vida; lo había conseguido todo, el cariño y la admiración de sus padres y de su  familia, el éxito social y profesional. Sin embargo él había jugado un papel secundario siempre a la sombra de su hermano.
 Habían hecho un recorrido en la vida muy similar,  convivido muy cerca gran parte de la vida, hasta que  él creó una familia, eso les distanció. Los dos eran abogados pero profesionalmente su hermano tenía un bufete de éxito y sin embargo él se había conformado con un puesto de funcionario. En el fondo creía que le había robado la personalidad que le hubiera gustado tener y sólo le quedó jugar un papel secundario.
  De pronto y con gran sorpresa contempló la imagen que le devolvía el espejo. ¡No era la suya!, sino la de su hermano. ¡Aquello no era posible!, además parecía venía hacia él saliendo del espejo. Se volvió a mirar y la imagen que le devolvía era la de su hermano. Se convenció de que estaba metido en el cuerpo de él y empezó a gustarle la experiencia. Se le ocurrió que aprovechando este período de vacaciones,  podría por unos días jugar a ser su hermano. Pensaba que podría dejarlo allí encerrado estos días cuando oyó que  llamaban a la puerta,  ya lo había decidido. Le aplicó un somnífero en la bebida y al poco rato se quedó dormido.   Le dejó un escrito con la explicación y todas las instrucciones para sobrevivir algún tiempo allí encerrado. Decidido se fue a casa de su hermano a jugar a ser él.
  Durante las primeras horas le pareció tocar el cielo, la familia le mostraba su afecto y la relación con ellos era estupenda, pasó unas Navidades inolvidables. Al día siguiente se fue a la oficina pero le costó mucho jugar allí el rol de su hermano, aunque cree que lo consiguió. Le satisfacía el trabajo que se realizaba en el bufete, aunque hubo muchos momentos de indecisión en los que le resultó muy difícil mantener la suplantación.
 Conforme los días pasaban le costaba más mantener la situación, pero aquello le estaba significando una catarsis, empezaba a no desear aquel rol que siempre había envidiado. A su vez iba dándose cuenta que en realidad su personalidad iba más con la vida que él llevaba. Parece que se estaba liberando de la psicosis que había soportado así que finalmente decidió dar por terminado el experimento.
 Cuando volvía hacia la cabaña, para liberar a su hermano y pedirle perdón con una gran carga de culpabilidad, reflexionando sobre cómo se lo explicaría, al abrir la  puerta vio que ya no estaba allí por lo que le asaltó un cierto pánico, había pensado que al contárselo todo, lo entendería y le perdonaría, pero al haberse escapado ya no podría ocultar su mala acción.
 De repente oyó  ruidos, alguién estaba llamando a la puerta y se sobresaltó, era su hermano que llegaba puntual a la cita. Suspiró aliviado al ver que se había quedado dormido en el sillón mientras le esperaba.

 
Madrid  a 28 de Diciembre   de 2010                                     Autor: Gorrión


6 comentarios:

manolo dijo...

Buen relato. La idea de ser el que nos hubiera gustado ser se convierte en realidad solo en sueños. Sin embargo, la realidad nos devuelve a lo que de verdad somos, y eso nos alivia, porque no queremos ser otro, sino el que somos.
Un saludo,
Manolo.

JP dijo...

¡Vaya complejo freudiano que padecía nuestro personaje! ¿ No hay como que se nos materialicen los sueños obsesivos para que veamos que la realidad nos gusta más?
Hay alguna parte del relato que despista un poco,pero finalmente parece que lo que nos quiere decir es que la envidia casi siempre es un invento algo enfermizo.

JP

manolo dijo...

Tremendamente imaginativo y con suspense hata el final, como debe de ser
Saludos JL

Anónimo dijo...

Imaginativo, un poco largo y en cierto momento del relato te pierdes. 6

Gladiator

Anónimo dijo...

Me gusta la idea, pero la historia funcionaría mucho mejor si se contara en primera persona y se eliminaran algunas repeticiones.
Voto: 7
Los tres Magos.

Anónimo dijo...

mi puntuacion es 5
Dios