viernes, 27 de mayo de 2011

Insurrección del precariado y victoria del PP

Dos grandes explosiones políticas han tenido lugar en nuestro país entre el 15-M y el 22-M. ¿Estamos esquizofrénicos los españoles? Es hora de dar respuesta a esta pregunta y de reflexionar sobre los antagonismos existentes entre ciudadanos que han tenido comportamientos bien diferentes. Hemos de preguntarnos qué manifiestan el 15-M y el 22-M.

En el primero de los casos, estamos ante la insurrección del "precariado". Utilizo este término acuñado por Robert Castel para referirse al trabajador precario, al ciudadano que experimenta condiciones de vida cada vez más deterioradas. El proletariado de siglos pasados se reencarna de alguna forma en el precariado del siglo XXI. Está formado por parados, trabajadores con bajos salarios, jóvenes sin acceso a la vivienda, jubilados con bajas pensiones, inmigrantes explotados, graduados universitarios sin empleo o con trabajos mal pagados, parejas sin perspectiva de formar una familia, prejubilados, habitantes de barrios obreros desestructurados y de comarcas rurales deprimidas. Hasta ahora estos ciudadanos explotaban hacia dentro de sí, asumían su infortunio con rabia contenida o con la desesperación de la impotencia, aguantaban la situación con ayuda familiar dispuestos a sobrevivir en la selva del "sálvese quien pueda".

Este precariado se ha ido extendiendo en diversas clases sociales. Padres de clase media ven que a sus hijos, que han recibido mejor formación que ellos, les aguarda un futuro peor. La sociedad se ha ido dividiendo en dos grandes bloques: los satisfechos e integrados, a quienes la crisis lo único que les ha provocado ha sido una disminución de su consumo, y los precarizados y expulsados de la sociedad del bienestar y de los trabajos dignos.

El 15-M ha significado la explosión hacia fuera de los humillados y ofendidos por la nueva exclusión social. Se han dado cuenta de que los partidos y los sindicatos representan ante todo a los ciudadanos satisfechos e integrados y a ellos solo les aguarda la abstención, el voto nulo de la rabia o el voto desencantado cada vez más sin sentido.

 Ante el aburguesamiento general de los que tienen voz y poder (políticos, sindicalistas, periodistas, profesores), han decidido ser portavoces de su situación y de sus demandas. Y han atacado al centro de nuestro sistema: el poder político y el poder ecónomico. Y demandan más democracia, más soberanía popular, más poder ciudadano. Déficit de democracia, obsolescencia de las organizaciones políticas y sindicales, repolitización y lucha de los ciudadanos que viven la precariedad: esto es lo que manifiesta el 15-M. Su radicalismo no nace de ideologías iz-quierdistas, sino,  por afirmarlo con palabras de Mounier,  del "realismo como extremismo".

La tibieza de las políticas sociales, económicas y sindicales de estos años se debe a que han estado realizadas por los representantes de los satisfechos de la izquierda y la derecha que estaban sordos y ciegos ante las condiciones de vida del precariado o, al menos, no se sentían presionados por él. Al contrario, han creído que favoreciendo la acumulación de plusvalía de los poderosos y desregulando cada vez más las condiciones de trabajo, a todos nos iría mejor, aumentaría el PIB y se crearía más empleo.

Lo que acabo de afirmar tiene una estrecha relación con lo sucedido en las elecciones del 22-M. Sin duda alguna, ha habido un voto de castigo al Gobierno y, especialmente, a su presidente. Sin embargo, el voto masivo al PP tiene también que ver con la asunción por un sector importante de la ciudadanía de que vale más el original que una mala copia si de lo que se trata es de crear empleo a cualquier precio. Si no hay más salida que hacer política objetivamente de derechas, pues que la hagan ellas, que lo harán mejor.

El PSOE, desde 1982, no solo se ha derechizado él mismo, sino que ha derechizado a la sociedad. Especialmente en los últimos ocho años ha confundido totalmente su papel y ha creído que progresismo es igual a socialismo. Con ello habrá podido contentar a la burguesía progresista, pero el precariado esperaba otra cosa. Un partido socialista no es lo mismo que una mezcla de Partido Radical Italiano pasado por agua y el ala de izquierda del Partido Demócrata de Estados Unidos. Es verdad que han pagado justos por pecadores, pero también los primeros han sido consentidores de la desorientación socialista que viene de muchos años atrás. En la génesis y desarrollo del precariado están las políticas económicas y las reformas laborales llevadas a cabo por el PSOE y avaladas en parte por los principales sindicatos.

Por otro lado, IU también ha fracasado, antes y ahora, en la articulación y representación política del precariado. IU no es vista ni como organización capaz de gobernar, ni como movimiento articulador de los trabajadores precarios. Nunca como ahora tenía condiciones objetivas para haber captado el voto de los descontentos con el PSOE y, sin embargo, quien ha canalizado el malestar de una parte significativa de este precariado ha sido el PP. Basta con analizar la distribución del voto en ciudades, pueblos y barrios de toda España en donde la cultura roja fue fuerte y los trabajadores tenían alta conciencia de clase. La falta de arraigo entre el precariado de estas zonas, más allá del trabajo asistencial que desde las instituciones se pudiera hacer para mejorar algo sus condiciones de vida, ha provocado una metamorfosis social, cultural y política muy grande. Crece el número de trabajadores que vota a la derecha y en las próximas elecciones autonómicas en Andalucía lo veremos con mayor claridad.

Con una parte del precariado votando al PP y con otra parte del mismo movilizándose por la democracia real y criticando a los partidos de derecha y de izquierda, ¿qué futuro político nos aguarda? A corto plazo, no parece que haya condiciones para detener el triunfo del PP en las generales. Pero lo importante es el medio plazo. Hay que cambiar la forma de hacer política, desvelar la concentración de la riqueza en España y redistribuirla, elaborar nuevas políticas en fiscalidad, vivienda, trabajo decente, democracia en la empresa, educación.

Y para estos cambios necesitamos que el movimiento del 15-M se fortalezca, genere contrapoder ciudadano, cree un nuevo antagonismo social basado en el conflicto no violento y la propuesta de alternativas, penetre entre el precariado que ha votado al PP para reorientar su comportamiento cultural y político. El Movimiento del 15-M necesita tiempo para crecer y a los partidos y sindicatos les urge aprender de lo que significa y demanda.

RAFAEL DÍAZ-SALAZAR  publicado en El País el 26,5,2011

Es un gentileza del pesado de JP

3 comentarios:

JP dijo...

Queridos marchosos creo que es una reflexión muy interesante ante un fenómeno que nos ha dejado a todos algo sorprendidos y descolocados. Sobre todo a los que nos situamos en la llamada zona ideológica progresista.
Yo estoy bastante de acuerdo con lo que dice, no todo. Pero sí que me ha dejado algo mosqueado rerspecto a mí mismo.

En cualquier caso sirve para daros la paliza que parece que me va.!! Sorry!!

Anónimo dijo...

Es un artículo muy interesante, muy comprensible. Es fácil estar de acuerdo con lo que dice, aunque lo que resulta difícil es imaginarse cómo se puede salir de la situación en la que nos encontramos. No sé qué tipo de política/democracia real nos podría llevar a un cambio de situación económica, no sé si es posible encontrar esa "varita mágica" que sin cambiar nuestras conductas/creencias/esfuerzos nos devuelva a ese paraíso en que nos gustaría vivir. Pero bueno, supongo que iremos a mejor, aunque no puedo adivinar cómo cambiará la situación de los "precarios" (económicamente hablando) en el futuro.

Chicho

manolo dijo...

Me gusta el artículo y yo añadiria algo mas.
El ciudadano de a pié se ha dado cuenta de que los políticos se han cuidado muy bien de rodearse de un blindaje de sueldos, dietas, subvenciones y de privilegios. A pesar de estar en crisis NO han renunciado a ninguno. Piden a los demás apretarse el cinturón, pero ellos no renuncian a sus múltiples sueldos, privilegios de coche, horario y empleos, dietas, viajes pagados.

La gente se jubila a los 62 años después de pasar desde los 55 por el ERE, el paro y el convenio especial con la SS para no perder la pensión; después de haber cotizado 35 años. Lo que se les ocurre a los políticos es alargar la jubilación a los 67 años (solo están trabajando a esa edad algunos funcionarios y otros improductivos).

Los sindicatos están bien subvencionados y ninguno en el paro. Su principal ocupación es ocuparse de sus intereses (y si de paso coincide con el de los trabajadores, pues mejor).

Los banqueros de las cajas, bancos del pelotazo inmobiliario no ha dimitido ninguno por su gestión. Hay dinero para ellos.

Los jueces tres cuartos de lo mismo, miles de denuncias y juicios pendientes, millones de EUR en perdidas por retraso en sentencias, perdidas de expedientes. Ningún juez se siente responsable.

La Autonomías y diputaciones a despilfarrar con múltiples empresas y empleos de confianza para amigos, consejeros, subvenciones. Y en época de crisis lo mismo.
Los alcaldes a repartirse los dineros de las licencias de construcción y recalificaciones. Llega la Crisis y a no pagar a los proveedores y a pedir al gobierno.

Cualquier joven y demás precariados ven el panorama anterior desesperante sin visos de solución a corto plazo. Es lógico que quieran al menos protestar. El país no funciona y el gobierno no gobierna, hace a regañadientes, tarde y mal lo que habría que haber hecho.

Lo he dicho varias veces, el día que empezó la crisis ZP se debería haber dirigido al país en estos términos: “Ciudadanos hay que hacer reformas que van en contra de mi programa de gobierno por el que salí elegido. Voy a 0convocar elecciones y si me votáis haré las reformas y si creéis que otro partido las puede hacer mejor por el bien del país lo votáis”

Eso es ser patriota, honrado y demócrata.
Lo que está haciendo es conservar su sillón y el empleo de miles de confianza hasta el final y el que venga después que arree.
Lo que podemos hacer en las próximas elecciones es votar a quien creamos que puede arreglar algo, alguien que no sea Rubalcaba, ni Rajoy, a un nuevo lider. .
Saludos JL