Partimos del campo de fútbol de Bustarviejo, Chicho, Paco,
JL, MA, JA y M (por orden de antigüedad) en un día que se anunciaba muy frío y
que no lo fue tanto, porque lucía un sol espléndido y apenas hacía viento.
La marcha, aunque larga, fue tranquila, apacible, sin
grandes repechos, salvo alguno no demasiado fuerte.
Tomamos los "panchitos" y bebimos, como es habitual de la bota
de Paco que trae un vino mejor cada día, y eso que le pagamos siempre lo mismo.
Lo más destacable de
la excursión fueron las vistas casi de 360º de las que disfrutamos desde La
Braña, donde comimos.
Podíamos ver toda la cuerda que va desde Peñalara hacia
nuestra derecha y al fondo La Pinilla con mucha nieve.
La bajada hasta la boca de la mina de plata ( a la que
algunos se acercaron y otros no) fue incomoda, muy empinada y pedregosa. Al
final de esta cuesta, pudimos ver una interesante torre circular
inacabada de
un molino de piedra, que comenzó a construir un indiano y que quedó
interrumpida por su muerte. Desde aquí,
bajamos con facilidad hasta los coches, unos se fueron a Madrid, y otros nos
tomamos los cafetitos correspondientes en Miraflores de la Sierra
Miguel
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