martes, 20 de diciembre de 2011

Los Molinos del río Cofio. Ruta 169. 14/12/2011

Una vez llegados todos los coches y los doce participantes, la totalidad de los miembros del grupo, y cambiados los calzados atravesamos la colonia del Pimpollar hasta llegar al río Cofio que cruzamos por un puente y remontamos por su margen derecha. Esta marcha, como su nombre indica, está caracterizada por la cantidad de molinos que funcionaron y aún quedan ruinas mejor o peor conservadas. El primero que encontramos, solo unos restos, es el molino de Prao Moral que pasó casi desapercibido; después pasamos bajo el viaducto del ferrocarril Madrid–Ávila.
            Después nos encontramos con un arroyo que había que cruzar y que iba tan crecido que hubo que remontar un trecho para cruzarlo por una zona pedregosa, donde se estrecha el arroyo, y resbaladiza; yo me quedé esperando a los últimos para indicarles por donde tenían que cruzar y cuando pensábamos que habíamos pasado todos me quedé esperando, pues me faltaban Chicho y JGC que se habían retrasado buscando un “geocache” no sé donde. Seguimos y vimos el molino de la Fabriquilla que aún conserva dos piedras de moler, el rodete y el caz; más tarde nos encontramos con el molino Nuevo, bien conservado, con un gran caz enlosado con piedras de moler.
            En una pradera del río más arriba paramos para tomar los frutos secos y darle un tiento a la bota que con tanto esmero Paco nos prepara y nos surte de buen vino.
            Después de las ruinas de otro molino parte del grupo cruzó el río por un vado y la otra parte seguimos por el margen derecho del río, subiendo por una loma para evitar otro arroyo.  Después de juntarnos, alcanzamos la carretera Santa Maria-las Navas, la cruzamos para ver el nacimiento del río Cofio, pero las alambradas nos lo impidió.
La vuelta la íbamos a hacer por la margen izquierda no siguiendo las indicaciones de Andrés Campos, pues hay una pista que nos llevaba hasta donde están aparcados los coches, cuando un grupo seguimos por la orilla del río siguiendo un acequia, Chicho y JGC se entretuvieron buscado otro “geocache” y el resto del grupo los esperó y cogieron desde el principio por la pista, mientras que el otro grupo seguimos por la orilla y salvando alambradas y muros. Nos pusimos en contacto telefónicamente y decidimos, pues ya era la hora, comer en sitios distintos y esperarnos para seguir todos juntos por la pista y disfrutar de las vistas del río, del pinar y muy especialmente de una monumental encina. Pasamos por la colonia de Los Pescadores y por Los Corrales antes de llegar al aparcamiento donde nos esperaban los coches, dando por concluida y cumplida la marcha. Nos acompañó un tiempo soleado, aunque algo frío y ventoso, y con la luminosidad esplendida de finales de otoño.


Jerónimo Limón



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me llamó la atención la enorme encina que podemos ver en una de tus fotos, también yo le saqué una foto. Los molinos, ya tan derruidos sólo permiten dejar volar la imaginación, pero los caz que en varias ocasiones seguimos, aún permiten llegar al punto en donde cogían el agua para el molino.

Nos acordaremos de ti en la gastronómica. Feliz Solsticio de invierno(como tú dices) !!!

Chicho

manolo dijo...

A mí lo que más me llamó la atención de esta marcha, aunque eso ya se sabía, fue el desnivel. Raro que nadie sugiriera alguna dvariante para sufrir más. Nos estamos acomodando demasiado.
Cambié Ángel Campos por Andrés Campos, supongo que el autor no se molestará.
Felices fiestas a todos, también a los del solsticio.
Saludos,
Manolo.

JP dijo...

Hay que ver! Jero como se esfuerza en sacar algo de jugo puesto que la excursión era un paseíto. Como no hubo mucha aventura decidimos algunos hacer por libre incursiones por el monte y lo disfrutamos más, pero dejamos de ver alguno de los molinos.
Como anécdota podríamos resaltar que algunos marchosos se quedaron sin ensalada, vino y café porque "se perdieron" un ratito, aunque el leader los rescató después.

Felices fiestas y !ala! otro año más al capazo.