domingo, 22 de octubre de 2017

SUBIDA (FRUSTRADA) AL CERRO PERDIGUERA 18 DE OCTUBRE DE 2017



Poco se puede decir en la crónica de esta marcha .Habíamos quedado tan sólo cinco marchosos: Jero, Chicho. MA, JL y yo, Miguel en el puerto de Canencia para iniciar la subida al Perdiguera, pero en vista de que no paraba de llover nos vimos en Miraflores y decidimos ir a Bustarviejo y hacer una pequeña ruta para luego comer en un restaurante. Aparcamos los coches y anduvimos,

 siempre bajo la lluvia, hasta unos antiguos edificios, en proceso de restauración, que en los años 40-50 albergaron a los presos de guerra que hacían trabajos forzados para la construcción de las vías del tren hasta  Burgos.


 A pesar de la lluvia, el paisaje aparecía muy sugerente, con los primeros colores del otoño tiñendo el bosque.




 Disfrutamos del paseo y después nos fuimos a Bustarviejo donde comimos en el  restaurante que nos recomendaron unos paisanos. Después regresamos a los coches y cada uno a su casa.

Miguel

1 comentario:

Chicho dijo...

Las glorias pasadas de Bustarviejo me las fue contando un lugareño de mi edad que me encontré cuando volvíamos al pueblo con el paraguas desplegado. No siempre soy capaz de darme cuenta de por qué me cogen como sacerdote dispuesto a escuchar una confesión, pero esta vez fue pormenorizada, acerca de lo que fue y ya no es Bustarviejo. No sé si la lluvia arranca nostalgias, pero es posible que las haga aflorar. Ya sólo me faltaba confundirme al pedir el segundo en el restaurante Mirasierra : chipirones. Los suelo ver en mi imaginación con sus patitas, cortados en rodajas y con una salsa espesa negra, pero lo que apareció en el plato fue la versión impúdica : enteritos y en pelotas. Bueno, no creo que tenga nada que ver con la degradación de Bustarviejo que me contaba mi compañero, más bien mi culpa.

Chicho