viernes, 12 de febrero de 2021

DESDE EL PUERTO AL RIO CANENCIA Y REGRESO POR MOJANAVALLE


En mi incorporación a las excursiones, a las que había faltado por el tratamiento de las infiltraciones,  me tocaba proponer pensé en algunas que fueran un test para mí, pero asequible. Los marchosos eligieron de las propuestas la del puerto de Canencia, que es una zona que yo considero una joya por la cercanía a Madrid y que sin embargo es un monte que tiene de todo, laderas bajas y soleadas de robles, pinares en otras y zonas de abedules en las cercanas a los arroyos que mantienen la humedad todo el año. Como es Febrero los robles y los abedules descansan.


 Pero aunque estaba pronosticado un día soleado cuando llegamos a las 11hs al puerto estaba nevando un poco todavía, pero era la inercia de la noche y había una neblina. Los que ya habían llegado parece que estaban algo enfriados esperando y temerosos de que el tiempo no acompañara y que hubiera que bajar altitud para poder evitar inclemencias.

 Pero como jefe de día de la excursión no les di opción a cambiar de idea y aunque habían cerrado el aparcamiento grande y hubo que buscar huecos en las cunetas de la carretera decidimos hacer la propuesta. Nos habíamos juntado casi todos los marchosos excepto Juan Angel y Chicho, pero teníamos una incorporación nueva José María, amigo de Miguel, que no necesita bastones lo que nos baja algo la moral a los demás así que voy a proponer que sea obligado.


 Empezamos a andar pasadas las 11hs después de que hubiera llegado la bota de vino, sin la cual ya sabemos que no se arranca, y con muchas ganas y velocidad para ir calentando los cuerpos. Estaba el bosque genial, empezaba a abrir la luz y despejarse el cielo con un manto de nieve  virgen a pisar que no molestaba nada y decoraba genial todo.


Como hacía tiempo que no nos veíamos enseguida empezó la charla y nos contamos la vida de estas ultimas semanas rápido, después ya pasamos a las historias de siempre, que como se supondrá porque hay mucha gente que está confinada o autoconfinada, tiene poca substancia. Pero como el paisaje era superior entretenía mucho, así llegamos en tiempo a Los Altares y nos asomamos a sus peñas para ver la Sierra de Guadarrama (bueno, una parte) por primera vez, la que va de Navafría a Somosierra. 






Al llegar a la cota de 1370 ms había que coger un sendero que  por ella recorre 2,5 kms. para acercarse al valle del río Sestil, pero nuestro mejor gpsero tuvo un lapsus y bajamos como 30 a 50 ms de desnivel por la ladera sin encontrarlo. Así que tuvimos monte a través que subir a buscarlo vadeando y cruzando multitud de arroyos porque la época lluvio-nevosa que estamos viviendo los crea por todas partes. Todo lo que sea apartarse de lo habitual es divertido, siempre que sobrevivamos a ello claro.


 Encontrado el sendero, en un aparte hicimos el descanso de los panchitos y probamos el vino de Paco que como siempre no defrauda. Reanudada la marcha y contemplando a nuestra derecha la sierra nevada del Guadarrama se disfrutaba el andar por allí.  A eso de las 13,30 llegamos a la zona donde el Sestil va a verter sus aguas al Canencia y que en condiciones normales son solo unos centímetros de profundidad y caudal lento, pero que esta vez no era posible atravesar sin descalzarse. Así que decidimos subir por la orilla derecha del arroyo buscando una zona que lo permitiera.


Pues bien, ese recorrido por el Sestil u otros arroyos que vierten a él, fue el más divertido puesto que guardaba una cierta incertidumbre sobre que rocas habría que utilizar sin riesgo de resbalar o caer directamente en ese caudal rápido de aguas divertidas jugando todas a llegar  las primeras al  río Canencia. Encontramos un puente hecho con tres canalones que debían ser de 10 cms de diámetro que no daban sensación de aguantar pero que nos permitió pasar uno de los arroyos que se juntaban con Sestil. Así llegamos a una zona del principal que iba paralelo a la carretera de Canencia y que tenia las orillas despejadas y sin tantos desniveles como abajo.

 En una meseta amplia vimos  que había un puente de piedra que permitía acceder a la carretera. Nos despedimos de ese estupendo recorrido que habáimos realizado sin estar previsto y que fue de lo más divertido.  Anduvimos por carretera  unos 0,3 kms y que posteriormente eludimos seguir por ella tomando un sendero entre arroyo y carretera que nos llevó superando 80ms de desnivel al Puente de la Pasada.  Este puente está en el kilometro 10,5 de la carretera de Miraflores a Canencia y en cota de 1400ms y es el que le permite cruzar el arroyo Sestil.

 En ese momento y aunque en principio dijimos de comer en el refugio de El Hornillo decidimos por la hora que era y el cansancio de algunos como el que escribe,  que nos quedáramos allí a comer y así lo hicimos. Buscando una zona soleada allí mismo y manteniendo las distancias aconsejadas dimos cuenta de lo necesario para reponerse acompañado del vino de la bota, café calentito cortesía de Miguel mezclado con  el aguardiente de M.Angel y algún que otro chocolate de los muchos que se reparten en esta peña de golosos que compiten en porcentaje de cacao, aunque a mi solo me gusta el que tiene un toque de naranja que trae Miguel.  

Retomamos la marcha para alcanzar la Chorrera de Mojanavalle, pero como eran ya mas de las 15,30hs tanto Jero como J. Luis se fueron  directamente al puerto. Los demás tomamos la orilla derecha del arroyo y empezamos a subir por el abedular que adorna toda esa zona que estaba genial porque el sol y la nieve conformaban con el arroyo un paisaje espectacular. Así llegamos en media hora a la Chorera y nos entretuvimos  para hacer las fotos imprescindibles. Recordé con Wolfgang que hace años vimos esta chorrera helada llena de carámbanos que era una visión casi polar, corría muy poca agua y lo hacía por debajo del hielo.

En unos 45 minutos llegamos al puerto por el camino que aunque con nieve era fácil de recorrer que nos llevó al Hornillo y ya por el forestal y contemplando los pinos Douglas alcanzamos el puerto y los coches . En Miraflores nos tomamos otro refrigerio al que nos invitó José María, el recién y ultimo incorporado a la "familia marchosa".

JP


2 comentarios:

Miguel Ängel Lázaro dijo...

Magífico y completo comentario de la marcha que discurrió sin problemas meteorológicos. El temor que tenía era que el viento anunciado dificultara la marcha, pues la nieve y el frío no parecían un gran problema.
Parece increible que con la cantidad de marchas que hemos hecho desde el Puerto de Canencia quedara todavía un trayecto sin recorrer y que fue especialmente bonito por la cantidad de agua que traía el arroyo Canencia y otros subsidiarios.
El trozo de subida por el arrroyo correspone a una de las marchas de Andrés Campos que no hicimos. De hecho, en esa marcha, después de cruzar el puente no se pasa a la carretera sino que se sigue subiendo por la margen izquierda del río. Pero hicimos muy bien en salir a la carretera por precaución(solo fueron 300 metros) y el camino hasta el puente de la Pasada nos permitió ver desde arriba toda la majestuosidad del arroyo con cascadas incluidas. Desde el puente de ls Pasada ya era terreno conocido.
Ya tenemos recogida la track de la marcha para otra futura vez.
Espero ver las fotos que tienen que ser geniales.
Saludos
M.A Lázaro

Miguel dijo...

Fue una marcha muy bonita que creo disfrutamos todos. Pisamos nieve, algo de aventura, paisaje perfecto, agua por todas partes...hay que repetirla en primavera.

Miguel