sábado, 11 de diciembre de 2010

Relato corto de Navidad. Relato nº 4. Día de Reyes

Desde unos días antes de Navidad, cuando ayudó a su madre a construir el Belén en el salón, junto al árbol, el niño no dejaba de preguntar:
—¿Mamá, cuántos días faltan?
 Ella le contestaba, contando con los dedos, y él acercaba un poquito los tres Reyes al pesebre, donde yacía el Niño junto a José y María, el buey y la mula. Así, cuando llegó el día, los Reyes estaban en el umbral de la cueva.
Ese día se acostó temprano, no porque tuviera sueño, claro, sino por obedecer a sus padres, no fuera que los Reyes pasaran de largo o le dejaran carbón. A media noche despertó, inquieto, oyó ruidos extraños en el salón y pensó: «Son Ellos, ¡ya están aquí!». A pesar de la advertencia de sus padres, se levantó de la cama; a oscuras, procurando no hacer ruido y no ser visto, asomó la cabeza por la puerta entreabierta. Las luces estaban encendidas, y los camellos seguían junto a la cueva, pero los tres Reyes estaban sentados en el sofá, comiendo. Habían dejado los paquetes junto a los zapatos, debajo del árbol de Navidad. El niño volvió a la cama y tardó en dormirse de nuevo, presa de la excitación.
A la mañana siguiente, cuando lo despertaron, corrió a ver los regalos. Pero antes comprobó que no quedaba nada en los platos que había colocado por la noche en la mesita del salón, y que los tres vasos de leche estaban completamente vacíos. Luego se acercó al Belén y vio a los Reyes en el umbral de la cueva, junto a los camellos. Sonrió y se acercó al árbol, se sentó en el suelo, abrió los paquetes y comprobó que no se habían olvidado de nada.
Firmado: Los tres Magos

5 comentarios:

manolo dijo...

Me parece un buen cuento de Navidad o de Reyes. Se trata de un cuento de estilo clásico para niños, tal vez para niños de menos de 7 u 8 años. Su lectura es fácil, emplea un lenguaje sencillo e indaga en la mente infantil de aquellos niños que ahora tienen más de 60 años.
Un saludo,
Manolo.

manolo dijo...

Leyendo el relato he rememorado aquellos dias felices de cuando era pequeño. No me preguntes que comí ayer, pero si me preguntas que regalos me trajeron los Reyes, te los puedo decir sin equivocarme.
Saludos JL

JP dijo...

Seguramente los Reyes se estaban poniendo ciegos a mariscos y dulces, y no quiso importunarlos.
El niño sin embargo na había tenido que ser muy bueno para obtener "todos" los regalos pedidos, algo muy distinto en nuestra infancia.
No entiendo la moraleja si es que la tiene.

JP

Anónimo dijo...

Me ha gustado por su sencillez y por reflejar nuestros recuerdos de la edad de la inocencia. 8

Gladiator

Anónimo dijo...

mi puntuacion es 5
Dios